Los electores venezolanos se preparan para acudir a las urnas el próximo 28 de julio en unas elecciones cargadas de grandes expectativas de cambio, después de un cuarto de siglo bajo el control del chavismo. El régimen, actualmente liderado por Nicolás Maduro, se enfrenta a una oposición creciente encabezada por Edmundo González Urrutia. La contienda se desarrolla en un clima de tensiones políticas exacerbadas y la notable ausencia de la figura opositora María Corina Machado, quien ha sido excluida de la carrera electoral.
La comunidad internacional observa con atención el proceso electoral y ha hecho un llamamiento a ambas partes para que acepten los resultados de manera pacífica y democrática. Las encuestas actuales muestran una ventaja significativa de 26 puntos porcentuales a favor del candidato opositor González Urrutia, lo que ha incrementado las expectativas de un cambio de gobierno.
En el caso de una derrota de Nicolás Maduro, se especula sobre el futuro de los altos dirigentes del chavismo, quienes podrían enfrentar serias consecuencias legales, incluidas posibles detenciones por violaciones de derechos humanos y otros crímenes que podrían ser perseguidos por la Corte Penal Internacional. Ante esta posibilidad, se ha planteado que los principales líderes del régimen podrían optar por buscar asilo en países aliados como Cuba, Rusia y China, que históricamente han brindado apoyo político y económico al chavismo.
Entre los principales miembros del régimen que se consideran en riesgo de enfrentar acciones judiciales se encuentran:
Estos líderes, que actualmente ocupan cargos clave en el gobierno, podrían optar por el exilio en caso de una victoria opositora, buscando refugio en naciones que ofrezcan protección frente a posibles procesos judiciales internacionales y nacionales. La situación en Venezuela está siendo vigilada de cerca por la comunidad internacional, y el resultado de estas elecciones podría marcar un punto de inflexión en la historia política del país.