Este sería el primer uso de un misil balístico intercontinental (ICBM) desde el inicio del conflicto, en un ataque que también involucró misiles de crucero y Kinzhal.
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SUSCRIBITERusia lanzó este jueves un misil balístico que, según Ucrania, era un RS-26 Rubezh, capaz de portar ojivas nucleares, contra la ciudad de Dnipro
Este sería el primer uso de un misil balístico intercontinental (ICBM) desde el inicio del conflicto, en un ataque que también involucró misiles de crucero y Kinzhal.
El ataque, realizado desde la región rusa de Astracán, fue dirigido contra fábricas e infraestructura crítica en Dnipro, según la Fuerza Aérea ucraniana. Aunque los sistemas de defensa interceptaron la mayoría de los misiles de crucero, no lograron detener al Kinzhal ni al RS-26. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, calificó el evento como una "prueba del armamento ruso" y acusó al Kremlin de tratar a Ucrania como un "campo de experimentación militar".
Además del ataque en Ucrania, Moscú intensificó sus advertencias hacia Occidente. Maria Zajarova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, señaló a la base antimisiles recientemente inaugurada por Estados Unidos en Redzikowo, Polonia, como un "objetivo prioritario".
“La base en Polonia ha sido incluida en nuestra lista de objetivos para su posible destrucción, lo que podría llevarse a cabo con armamento avanzado”, declaró Zajarova. En respuesta, Polonia ha puesto a sus fuerzas armadas en estado de alerta máxima, con despliegues de sistemas de defensa aérea, cazas de combate y operaciones conjuntas con aliados de la OTAN en su espacio aéreo.
La Unión Europea calificó el lanzamiento del misil intercontinental como una “escalada cualitativa y cuantitativa” en el conflicto. El portavoz comunitario, Peter Stano, expresó preocupación y consideró que este acto refuerza la percepción de una creciente agresividad por parte de Rusia.
En contraste, Estados Unidos ha desmentido que el proyectil utilizado sea un ICBM. Funcionarios estadounidenses aseguraron que se trató de un misil balístico de alcance intermedio experimental, no un RS-26 Rubezh, lo que refuta la versión inicial de Ucrania. Este tipo de misil, con un alcance inferior a 3,500 millas, es parte de un arsenal limitado en manos de Rusia.
El ataque dejó dos heridos en Dnipro y otros 15 en Kryvyi Rih tras un bombardeo separado. A pesar de las dudas sobre el tipo de misil empleado, el evento eleva la tensión en un conflicto que ya supera los 1,000 días.
El lanzamiento se produce en un contexto de mayor presión militar. Ucrania, recientemente equipada con misiles de largo alcance proporcionados por Estados Unidos y Reino Unido, ha comenzado a atacar objetivos en territorio ruso, una decisión que Moscú había advertido tendría graves consecuencias.
Mientras tanto, el presidente Vladimir Putin revisó esta semana la doctrina nuclear rusa, lo que amplía las circunstancias en las que el país podría recurrir a su arsenal atómico. Sin embargo, expertos consideran que el riesgo de un uso nuclear sigue siendo bajo debido a las posibles consecuencias diplomáticas y estratégicas.
Analistas como Pavel Podvig y Alexander Bollfrass han instado a la cautela. Señalan que el uso de un misil como el RS-26 en un ataque convencional sería ilógico debido a su alto coste y limitada precisión. Además, escalar el conflicto al nivel nuclear podría aislar a Rusia de aliados como China y dificultar relaciones con un potencial futuro gobierno de Estados Unidos, especialmente si Donald Trump asume el poder.
El ataque marca un nuevo punto de inflexión en la guerra, con una creciente implicación de aliados occidentales y una retórica más agresiva desde Moscú. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si el conflicto sigue escalando o si se abre espacio para una negociación diplomática.
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