La inflación en Estados Unidos experimentó una desaceleración en marzo, alcanzando un nivel interanual del 2,4 %, según informó este jueves el Buró de Estadísticas Laborales (BLS). Se trata de la cifra más baja registrada desde septiembre, impulsada en gran parte por la reducción en los precios de la gasolina.
Excluyendo los componentes más volátiles —como alimentos y energía—, la inflación subyacente se situó en el 2,8 % interanual, por debajo del 3,1 % registrado en febrero. Este es el incremento más moderado en casi cuatro años, un dato que los economistas consideran clave para evaluar la tendencia a largo plazo de los precios.
En términos mensuales, el Índice de Precios al Consumo (IPC) cayó un 0,1 % en marzo, marcando su primer retroceso en casi cinco años. Esta baja se explica por la disminución en los precios de vehículos usados, seguros de automóviles y alojamiento en hoteles. Por su parte, la inflación subyacente mensual avanzó apenas un 0,1 %.
TRUMP-INFLACIÓN
Una mujer en una tienda en Wheeling, Illinois, el 11 de diciembre de 2024. (AP Foto/Nam Y. Huh, Archivo)
Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved.
Sin embargo, no todos los sectores mostraron alivio. El precio de los alimentos aumentó un 0,5 % en marzo, destacándose el fuerte incremento del 5,9 % en el precio de los huevos, que alcanzaron un récord histórico de 6,23 dólares por docena.
Aranceles y tensiones comerciales: una presión inflacionaria latente
Pese a la moderación observada en marzo, los economistas advierten que la inflación podría volver a repuntar debido a la política comercial de la Casa Blanca. La semana pasada, el presidente Donald Trump impuso aranceles generalizados a casi 60 países, lo que generó una fuerte caída en los mercados financieros y un aumento en la incertidumbre entre empresas y consumidores.
Aunque el miércoles anunció una suspensión temporal de 90 días en la aplicación de estos nuevos aranceles, Trump mantuvo medidas impositivas clave: un arancel del 125 % sobre las importaciones chinas y un 25 % sobre productos como acero, aluminio, automóviles y mercancías procedentes de China y México.
Los economistas creen que estos aranceles, aún vigentes, seguirán elevando los precios a lo largo del año. Además, Trump ha anticipado la posibilidad de imponer nuevos gravámenes a productos farmacéuticos importados, lo que añade más presión a los precios.
Estados Unidos importa anualmente más de 60.000 millones de dólares en teléfonos móviles, ropa, calzado y juguetes desde China, y la permanencia de los aranceles podría encarecer estos productos para los consumidores.
Algunas empresas estadounidenses ya han comenzado a trasladar sus cadenas de suministro fuera de China, una tendencia iniciada durante el primer mandato de Trump. No obstante, este proceso implica altos costos y tiempos de adaptación que, a corto plazo, podrían traducirse en nuevos aumentos de precios.
La Reserva Federal mantiene cautela ante el panorama incierto
En este contexto, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, anunció que el banco central mantendrá su tasa de interés de referencia sin cambios, en torno al 4,3 %, mientras evalúa el impacto de las políticas comerciales en la economía.
“Hay mucho que observar y evaluar, incluso para nosotros”, señaló Powell. “Y eso parece lo más sensato en este período de incertidumbre”.
El presidente Trump, por su parte, instó a la Reserva Federal a reducir los tipos de interés, buscando estimular la economía en medio de las crecientes tensiones comerciales.