Washington. Estados Unidos ha comenzado a movilizar recursos militares en Oriente Medio en respuesta al ataque lanzado por Israel contra Irán y ante la posibilidad de una inminente represalia por parte de Teherán. Así lo informaron este viernes fuentes oficiales citadas por Associated Press.
Según estas fuentes, la Armada estadounidense ordenó al destructor USS Thomas Hudner dirigirse hacia el Mediterráneo oriental. Un segundo destructor que ya se encuentra en la región recibió instrucciones similares, como parte de un plan de contingencia para que estas unidades puedan intervenir rápidamente si la Casa Blanca lo considera necesario.
La decisión de reposicionar estas fuerzas ocurre mientras el presidente Donald Trump mantiene reuniones de emergencia con los principales integrantes de su Consejo de Seguridad Nacional, evaluando la situación y posibles respuestas ante un eventual ataque iraní.
ISRAEL-IRÁN
Una columna de humo después de una explosión en Teherán, Irán, el viernes 13 de junio de 2025. (AP Foto/Vahid Salemi)
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Refuerzo de defensas antiaéreas
Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, confirmó esta semana ante el Comité de Asignaciones del Senado que Washington ha redirigido capacidades antidrones previamente asignadas a Ucrania hacia sus tropas y bases en Oriente Medio.
"Para priorizar la seguridad de Estados Unidos y de los estadounidenses, hemos incrementado el despliegue de sistemas de defensa contra aeronaves no tripuladas en nuestras bases y posiciones estratégicas en la región. Esto ha sido, y seguirá siendo, una prioridad mientras persistan las amenazas", señaló Hegseth.
Escalada de ataques
El movimiento de tropas estadounidenses ocurre tras el masivo ataque israelí contra Irán durante la madrugada del viernes, hora local. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que más de 200 aviones de combate participaron en la operación, lanzando más de 300 proyectiles contra un centenar de objetivos estratégicos en territorio iraní.
La situación ha encendido las alarmas en la comunidad internacional, mientras se teme que la escalada desemboque en un conflicto regional de mayores dimensiones.