El influencer y productor audiovisual Sandro Castro, nieto del fallecido dictador Fidel Castro, volvió a colocar su nombre en el centro de la polémica tras publicar una serie de imágenes desde zonas emblemáticas de La Habana, acompañadas de un mensaje que exaltó la supuesta “magia única” de Cuba.
Las fotografías muestran escenas de la calle Monte, partes de La Habana Vieja y los alrededores del Capitolio, con edificios semiderruidos, fachadas agrietadas, calles en mal estado y una evidente falta de mantenimiento urbano. A pesar del deterioro visible, Castro acompañó las imágenes con la frase:
“Tu magia es única”.
El mensaje fue interpretado por miles de usuarios como una romantización de la decadencia, lo que provocó una avalancha de reacciones críticas dentro y fuera de la Isla.
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Ola de indignación: “Eso no es magia, es abandono”
Los comentarios no tardaron en multiplicarse. Para muchos cubanos, las imágenes no representan ninguna “magia”, sino las consecuencias de décadas de abandono estatal, crisis económica y migración forzada.
Entre los mensajes más repetidos se leía:
“Si las cosas fueran diferentes, muchos regresaríamos”.
“Eso no es magia, es miseria”.
“Hablas de amor por Cuba, pero no cuestionas al poder que la destruyó”.
Otros usuarios señalaron directamente la responsabilidad histórica del entorno familiar de Sandro Castro, recordándole que la destrucción visible de la capital responde a políticas centralizadas, falta de inversión y represión prolongada.
Además, varios internautas lo emplazaron a exigir cambios dentro del círculo gobernante encabezado por Miguel Díaz-Canel.
“El Vampirach” y el discurso mesiánico que encendió aún más la polémica
La controversia se amplificó tras el estreno del capítulo final de la miniserie El Hoyo, producida por el propio Castro, donde interpreta a un personaje llamado “El Vampirach”.
En el episodio final, una figura que representa a Dios lo “resucita” para cumplir una supuesta misión de transformación nacional. Tras su regreso, el protagonista pronuncia un discurso cargado de simbolismo espiritual, donde llama al pueblo a:
Conformarse con lo mínimo
Ajustar expectativas económicas
Priorizar lo “esencial”
El tono fue duramente criticado por su desconexión absoluta con la realidad de salarios miserables, apagones, inflación, escasez y servicios colapsados.
El video cierra con una pose que imita a José Martí en el Parque Central, acompañada de una serie de ideas sobre proyectos económicos que carecen de explicación técnica.
“Vampicach” y ataque a El Toque
Como parte de su narrativa, Sandro Castro anunció además la creación de una supuesta tasa de cambio alternativa llamada “Vampicach”, con la que afirma que buscaría influir en el mercado informal de divisas.
En el mismo contexto, lanzó acusaciones contra el medio independiente El Toque, al que señaló de obtener millones de dólares por dar seguimiento al mercado cambiario. No presentó pruebas ni detalles financieros.
Una brecha cada vez más evidente
Para miles de cubanos en el exilio, estas publicaciones confirman la profunda desconexión entre las élites vinculadas al poder y la realidad social del país. Sus mensajes, lejos de generar unidad, reavivan el debate sobre:
La responsabilidad política histórica
El deterioro acelerado de La Habana
El colapso de los servicios públicos
La exigencia ciudadana de reformas estructurales reales
Las imágenes de La Habana en ruinas, acompañadas de un discurso espiritual y simbólico, se han convertido para muchos en el reflejo de una narrativa oficial totalmente divorciada de la vida cotidiana del pueblo cubano.