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SUSCRIBITELa activista y su esposo están siendo investigados por las autoridades
La activista cubana radicada en Estados Unidos, Diasniurka Salcedo, se encuentra en el centro de una investigación por parte de las autoridades tras recibir acusaciones anónimas de abuso infantil contra sus dos hijos menores de edad, de tres y cinco años. La denuncia, que ha generado amplia atención mediática, fue calificada por Salcedo como “infundada, maliciosa y con motivaciones políticas”.
El pasado 28 de abril, trabajadores sociales se presentaron en la vivienda de Salcedo tras recibirse tres llamadas anónimas que señalaban presuntos abusos sexuales cometidos en el entorno familiar. La activista expresó su asombro y dolor por las acusaciones, en una entrevista concedida a la cadena Univision.
Aunque se ha iniciado un proceso formal de investigación, hasta el momento no se han presentado cargos criminales contra ella ni contra su esposo, quien también fue señalado en la denuncia. La pareja continúa con la custodia de los menores mientras se desarrolla el proceso legal.
Reconocida por su activismo en defensa de los derechos humanos en Cuba y su participación en casos sensibles, como el del niño fallecido Damir, Salcedo no descarta que las acusaciones formen parte de un intento de silenciarla.
“Estoy convencida de que la Seguridad del Estado cubana está detrás de todo esto”, afirmó.
La activista ha enfrentado anteriormente campañas de descrédito, pero considera que esta situación es especialmente dolorosa por involucrar directamente a sus hijos.
Su esposo también ha salido en defensa de la familia, asegurando que están dispuestos a colaborar plenamente con las autoridades y que no tienen nada que ocultar.
Tras conocerse el caso, Salcedo ha recibido numerosas muestras de apoyo a través de sus redes sociales. En una publicación reciente, agradeció los mensajes de solidaridad y reiteró que sus hijos se encuentran en buen estado.
“Gracias, los niños están bien como siempre. Esto solo nos hace más fuertes”, escribió.
También advirtió que está dispuesta a llevar el caso hasta las últimas consecuencias si se confirma que las acusaciones fueron hechas de forma malintencionada.
“Este es un país de leyes. Mentir en una acusación tan seria es grave. ¡Y vamos hasta el final!”, sentenció.
La investigación continúa bajo supervisión de las autoridades estadounidenses, mientras la activista insiste en que se trata de un nuevo intento por frenar su labor política desde el exilio.
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