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De Regreso a Miami.. Crónica de un viaje..

americateve | Carlos Vasallo
Por Carlos Vasallo

Ayer llegué al aeropuerto de Coruña a las 11:30 am, tarde 12 minutos desde la calle Teresa Herrera, en el centro de la ciudad.

En el counter, facturé rápido gracias a la empleada de Air Europa, bastante amable. De allí me fui a la cafetería a tomar un café y un croissant con Juan Paquito, mi primo. La cafetería y el aeropuerto eran un oasis, relajantes y tranquilos.

Me despedí de mi primo con un abrazo, como los últimos 12 años, después de acompañarme, ayudarme y asistirme día a día, todos los días, por seis semanas. Esta vez, superando la operación compleja con buen ánimo. ¡Gracias a Dios! ¡Sin repercusiones!

Y pensé: un año más, un año menos. Antes de pasar la esquina desde la que ya no se ve para atrás, le dije adiós con la mirada y la melancolía que me produce saber que el ciclo del año, de verano a verano, que es mi ciclo, terminó. Atrás quedan mis recuerdos de tantos años, de tantos veranos: los amigos, los paisajes, las vivencias… un año más, y sobre todo, la nostalgia.

Ya me había despedido de mamá en el cementerio de Trasanquelos, mi pueblo, y solo pude pensar: otra vez, un año más, un año menos.

El equipaje de mano pasó por seguridad sin problema, ni nadie delante, más relax. Pero al pasar el arco, ¡este sonó! Les expliqué que tengo una rodilla de metal y nada, pero insistieron en cachearme, tocarme hasta los huevos, literal. Debo tener aspecto de terrorista peligroso. El empleado se puso guantes de plástico, me temí lo peor… tardó tres minutos en descubrir que no tenía nada oculto.

Entré al avión rápido y sin problema, me senté y empecé a ver pasar gente con bolsas, maletitas, niños… hasta que se llenó, venía totalmente abarrotado. El vuelo a Madrid fue muy bueno y después de estar a solas con mis pensamientos por una hora, todo real.

Al llegar a Madrid, busqué mi puerta de embarque a Miami y descubrí de nuevo que para llegar a la puerta B20 debía recorrer 27 minutos, calculo más de dos km entre gente que iba y venía, con maletas y bolsas, empujándose unos a otros, de todas las nacionalidades, no cabía un alfiler.

Claro, era 8 de septiembre, fin del verano, regreso a clases, un enjambre de gente hasta que pasé por la zona de pasaportes y llegué a la zona internacional, un poco más relajada, solo para pasajeros de cruzar el Atlántico casi.

En Nacional estaban todos los vuelos europeos: una multitud. Fui a la sala VIP, solo me quedaban 30 minutos. Un desastre: abarrotada, sin asientos, ni platos. Salí volando hacia la puerta designada, esperé un poco, pero todo bien, el vuelo cómodo y rápido.

Pasamos una tormenta tremenda llegando a Miami, pero aterrizamos casi una hora antes de tiempo. Me esperaban de Air Europa en la puerta, mis ángeles de la guardia, y me ayudaron con migración; en 10 minutos listo, aunque las colas eran menores que otras veces, cuando salí fueron interminables.

Al salir del avión hacia la sala de migración caminé por lo menos un par de km largos, para igualar a Madrid, por pasillos en mal estado, dicen que están arreglando el aeropuerto, llevan años, pero por el momento en estado desastroso y hasta con goteras. Por lo menos funcionaron las cintas eléctricas… no todas.

Llegué a la sala de recogida de equipajes y era el caos total, igual que en Madrid, o peor: de regalo, una hora y treinta minutos esperando las maletas de pie, con el tremendo aguacero que atravesamos para poder aterrizar. Todo eso unido a que el avión se adelantó una hora, creo que eso creó la crisis.

Si el aeropuerto de Madrid parecía el metro, en Miami también había avalanchas de gente saliendo con maletas y carritos, a la carrera, en grupos, en pareja, jóvenes y mayores, con niños y sin ellos. Eso sí, ya nadie revisa el equipaje de salida, menos mal.

Tomé un ascensor, llegué al parking de los buses, bajo el mismo aguacero y una humedad espantosa. Allí me recogió un amigo que me llevó a la casa entre inundaciones y lluvia. Cuando entramos en Key Biscayne, sentí la tranquilidad de estar en territorio conocido.

Finalmente llegué a la casa después de 18 horas que salí de Coruña. Me tomé una cerveza y un poco de comer, y me quedé dormido en el sofá del cuarto de TV de 10 pm a 1 am, que desperté y me dirigí a la cama donde llegué como pude… y a duras penas. Serían las 10 pm de Miami cuando me quedé frito y la 1 am cuando abrí los ojos y me tomé dos Advil PM.

Ahora acabo de despertar a las 6 am, abrí las persianas y vi salir el sol sobre el mar desde mi cama… me sentí en casa. ¡Qué cosas!

A las 8 am viene Deble, mi “draculita” favorita, a sacarme sangre. Los últimos análisis no fueron buenos, uno en concreto de susto. Espero que los resultados esta vez salgan rápidos y bien.

Hoy, 9 de septiembre, vuelve a reanudarse la guerra y la lucha en vivo: AmericaTeVe, América Radio, Cine Nostalgia, Cine Estelar, Filmex y todo lo demás…

¡Vamos a ello!

Miami, 9 de septiembre de 2025

americateve | Carlos Vasallo
Por Carlos Vasallo

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