El Departamento del Trabajo informó el viernes que su índice de precios de productores, que da seguimiento a la inflación antes que llegue a los consumidores, no se modificó de agosto a septiembre, tras aumentar 0,2% el mes previo. En comparación con el año anterior, el índice se incrementó 1,8% en septiembre, el aumento más bajo desde febrero, y marcó una reducción con respecto a un incremento interanual de 1,9% en agosto.
Sin tener en cuenta los precios de alimentos y energéticos, que tienden a fluctuar de un mes a otro, los denominados precios básicos mayoristas aumentaron 0,2% desde agosto, y 2,8% con respecto al año anterior, un aumento con relación al incremento de 2,6% del mes anterior.
Los precios mayoristas de los servicios aumentaron modestamente, pero se compensaron por una caída en el precio de las mercancías, que incluye una reducción de 5,6% en el precio mayorista de la gasolina de agosto a septiembre.
Los datos de la inflación en los precios al mayoreo llegan un día después que el gobierno anunciara que los precios al consumidor aumentaron apenas 2,4% en septiembre, en comparación con el año anterior, el menor aumento interanual desde febrero de 2021. Esto fue sólo un poco por encima del objetivo de 2% de la Reserva Federal, y muy por debajo del punto máximo de la inflación en cuatro décadas, de 9,1%, alcanzado a mediados de 2022. Aun así, a menos de un mes de la elección presidencial, muchos estadounidenses están descontentos con los precios al consumidor, que siguen muy por encima de como estaban antes que comenzara la oleada inflacionaria en 2021.
La constante reducción de la inflación podría reducir la ventaja política del expresidente Donald Trump respecto a la economía. En algunas encuestas, la vicepresidenta Kamala Harris ha igualado a Trump en el tema de quién manejaría mejor la economía. Sin embargo, la mayoría de los votantes siguen dando una baja puntuación al tema económico, principalmente debido a los incrementos acumulativos de los precios en los últimos tres años.