El FBI se ha unido al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en una operación dirigida por la administración Trump para intensificar la represión contra inmigrantes ilegales con antecedentes criminales. Esta colaboración busca identificar, detener y deportar a individuos que representan una amenaza para la seguridad pública.
La operación se ha centrado en ciudades santuario, donde las políticas locales limitan la cooperación con las autoridades federales de inmigración. En una reciente redada en la ciudad de Nueva York, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, participó junto a agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la detención de un extranjero criminal acusado de secuestro, asalto y robo. noticias.foxnews.com
Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de la administración para abordar lo que considera una "emergencia nacional" en relación con la inmigración ilegal y la seguridad pública. Las autoridades han enfatizado que el objetivo principal son los inmigrantes con antecedentes delictivos y órdenes de deportación previas. noticias.foxnews.com
Sin embargo, estas operaciones han generado críticas por parte de grupos defensores de los derechos de los inmigrantes, quienes argumentan que las redadas pueden conducir a la detención de personas sin antecedentes criminales y crear un clima de temor en las comunidades inmigrantes. A pesar de las controversias, la administración Trump continúa defendiendo estas medidas como necesarias para garantizar la seguridad nacional y el cumplimiento de las leyes de inmigración.