Las recientes declaraciones del presidente Donald Trump sobre la posibilidad de que Estados Unidos se apropie de la Franja de Gaza para reconstruirla y hacerla habitable han generado un fuerte impacto en la comunidad internacional.
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SUSCRIBITEUn día después de que Trump planteara la idea de trasladar a ciudadanos gazatíes a territorios cercanos como Egipto o Jordania, altos funcionarios de su administración han suavizado el mensaje
Las recientes declaraciones del presidente Donald Trump sobre la posibilidad de que Estados Unidos se apropie de la Franja de Gaza para reconstruirla y hacerla habitable han generado un fuerte impacto en la comunidad internacional.
Mientras Israel ha respaldado abiertamente la propuesta, tres países árabes la han rechazado categóricamente.
Un día después de que Trump planteara la idea de trasladar a ciudadanos gazatíes a territorios cercanos como Egipto o Jordania, altos funcionarios de su administración han suavizado el mensaje.
El secretario de Estado, Marco Rubio, fue el primero en ofrecer una interpretación más matizada de la declaración presidencial. Durante una conferencia de prensa junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, Rubio aclaró que la intención de Trump es que Estados Unidos ayude en la limpieza de escombros y remoción de bombas sin detonar, facilitando así que la población pueda regresar a la zona reconstruida.
"Lo único que el presidente ha hecho, y de manera generosa, es ofrecer la disposición de Estados Unidos para intervenir en el proceso de recuperación", explicó Rubio, quien actualmente se encuentra en una gira por Centroamérica.
Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reiteró que el presidente Trump no planea, al menos por ahora, desplegar tropas en Gaza. "El presidente no se ha comprometido a enviar fuerzas militares a la región", declaró Leavitt. Sin embargo, evitó abordar la cuestión de cómo Estados Unidos podría apropiarse del enclave sin presencia militar. En cambio, señaló que Trump tiene previsto reunirse con otros líderes de la región para definir los siguientes pasos.
La propuesta del presidente estadounidense ha sido rechazada públicamente por Jordania, Egipto y Arabia Saudita, este último un aliado clave de Washington en Medio Oriente. Los tres gobiernos han citado posibles violaciones del derecho internacional, argumentando que un eventual desplazamiento de la población palestina representaría un grave precedente.
Asimismo, han reiterado su apoyo a la solución de dos Estados, aunque reconocen las dificultades crecientes para su implementación.
A pesar de la controversia, Trump aseguró que algunos líderes de Medio Oriente "aman" la idea de que Estados Unidos participe en la reconstrucción de Gaza.
En el ámbito interno, la reacción en Estados Unidos ha sido mixta, incluso dentro del Partido Republicano. Mientras algunos senadores consideran que las declaraciones de Trump forman parte de una estrategia de negociación para garantizar la paz en la región y satisfacer a Israel, otros han rechazado la idea argumentando que no beneficia a los intereses estadounidenses y supondría un gasto excesivo de recursos.
El enviado especial de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, intentó disipar algunas preocupaciones durante un almuerzo privado con senadores republicanos en el Capitolio. Según el senador Josh Hawley, Witkoff aseguró que el presidente "no quiere enviar tropas ni gastar un solo dólar estadounidense" en Gaza.
Por otro lado, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha expresado su respaldo a la propuesta de Trump, destacando que, aunque sorpresiva, ha sido "bien recibida en muchos sectores".
El debate sobre el futuro de Gaza sigue abierto, mientras la administración Trump busca definir un enfoque que equilibre las dinámicas geopolíticas y las expectativas internas en Estados Unidos.
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