«Con él necesitas estar en una forma de 11 de 10». Así explicaba esta semana Daniil Medvedev, el rival hoy de Carlos Alcaraz en las semifinales del Abierto de EE.UU., el nivel requerido para meterle mano al murciano en una pista de tenis.
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SUSCRIBITE«Con él necesitas estar en una forma de 11 de 10». Así explicaba esta semana Daniil Medvedev, el rival hoy de Carlos Alcaraz en las semifinales del Abierto de EE.UU., el nivel requerido para meterle mano al murciano en una pista de tenis.
Todavía sorprende que Alcaraz, a sus 20 años, sea el favorito en una cita como la de esta noche. Medvedev debería ser un rival temible para cualquiera. El ruso ha sido uno de los pocos que ha cuestionado de verdad la supremacía de Novak Djokovic y Rafael Nadal -en su llegada a lo alto del tenis, el tercero del 'Big Three', Roger Federer, ya estaba de capa caída- en los grandes.
Tumbó aquí al serbio en la final de 2021 y estuvo a un set de imponerse en el mismo escenario a Nadal en 2019. Algo similar pasó con el mallorquín en la final el año pasado en Australia, un torneo donde también disputó el título a Djokovic en 2021. Aunque en ello tuvo que ver la ausencia del serbio en Australia el año pasado por su negativa a vacunarse contra el Covid-19, Medvedev fue número uno del mundo durante 16 semanas en 2022.
El ruso, de 27 años, es ahora el número 3 y ha firmado una temporada irregular. En Australia no pasó de tercera ronda y cayó con estrépito en París en el partido inaugural -le fulminó un brasileño desconocido, Thiago Seyboth, en cinco sets-. Pero también ha ganado torneos importantes, como el de Miami.
El problema es que Alcaraz le tiene comida la moral. Le arrolló en la semifinal de Wimbledon en tres sets (6-3, 6-3, 6-3), lo mismo que ocurrió unos meses antes en la final de Indian Wells.
«Las dos últimas veces me ganó, digamos, bastante fácil», reconoció Medvedev, que no tiene pelos en la lengua, tras ganar su partido de cuartos. El ruso, quizá en un ejercicio de motivación mental, explicó por qué lo tendrá tan difícil con Alcaraz: «Es muy difícil ganarle porque tiene todos los tiros. Y tiene más potencia que el resto de rivales. Con muchos jugadores, yo voy al 97% y les cuesta devolverme la pelota», aseguró. «Él puede, tiene esa fuerza. Y pega ganadores de derecha a 160 kilómetros por hora. Algunos jugadores, aunque lo intentemos, no podemos».
FUENTE: ABC
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