La caída en desgracia del exministro de Economía y viceprimer ministro de Cuba, Alejandro Gil Fernández, parece estar relacionada con un oscuro negocio con una mujer cubanoamericana detenida en el aeropuerto de Tampa a principios de febrero, tratando de ingresar 100 mil dólares procedentes de La Habana, según informa CubaNet.
Mirtza Ocaña Lara, residente en Tampa, fue atrapada en el aeropuerto con una suma significativa de dinero y desde entonces ha estado cooperando con las autoridades estadounidenses, mencionando repetidamente el nombre de Alejandro Gil Fernández, según fuentes consultadas por el medio digital.
Ocaña Lara, de 38 años, realizó al menos 45 viajes entre la capital cubana y Tampa en un año, sin levantar sospechas en las autoridades aduaneras cubanas, lo que sugiere un respaldo de alto nivel para sus actividades.
Según reportes de la prensa local en Florida, Ocaña Lara recibía entre 1.500 y 2.000 dólares por cada viaje, y tras su detención inicial, fue liberada bajo vigilancia domiciliaria con un brazalete electrónico, colaborando desde entonces para reducir su condena por tráfico y lavado de dinero.
Aunque el Departamento de Justicia de EE. UU. no ha revelado detalles oficiales, continúan los intercambios de información entre ambos gobiernos como parte de los esfuerzos en la aplicación de la ley.
El vínculo entre Gil Fernández y Ocaña Lara plantea preguntas sobre la naturaleza exacta de su relación comercial y sus implicaciones legales.