Pero no era el momento de distraerse con temores. Por fin habían logrado llegar a la frontera norte de México y llevaban lo más importante: su cita programada con las autoridades migratorias de Estados Unidos impresa en un papel.
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SUSCRIBITEPero no era el momento de distraerse con temores. Por fin habían logrado llegar a la frontera norte de México y llevaban lo más importante: su cita programada con las autoridades migratorias de Estados Unidos impresa en un papel.
La familia venezolana aterrizó en el Aeropuerto Internacional Quetzalcóatl en Nuevo Laredo a la 1:00 de la tarde de un día que prefiere no revelar. La cita estaba prevista para la jornada siguiente, a las 8:30 de la mañana, en el puesto migratorio del Puente Internacional de Las Américas, que conecta a la ciudad de Nuevo Laredo, en el estado de Tamaulipas, con la ciudad de Laredo en Texas.
Laura, su esposo y su hija estaban a escasos 13 kilómetros y a menos de 24 horas de cruzar legalmente a Estados Unidos.
Laura se sentía orgullosa. A diferencia de miles de compatriotas venezolanos que intentaban cruzar la frontera entre México y Estados Unidos de forma irregular, ella y su esposo habían logrado seguir las reglas y concertar una cita por medio de la aplicación CBP One.
En octubre de 2020, el gobierno estadounidense habilitó este mecanismo para gestionar el ingreso de los migrantes por la frontera sur a través de los estados de Arizona, California y Texas.
Dos años después, la afluencia de venezolanos era tan masiva que el gobierno del presidente Joe Biden prohibió su ingreso irregular por la frontera con México y creó un mecanismo para recibir a 24.000 venezolanos patrocinados por familiares en Estados Unidos.
Más de 7,7 millones de personas han emigrado de Venezuela desde 2015, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, con el fin de escapar de la crisis económica, la falta de servicios básicos, la violencia y la persecución política.
"Viajamos durante un mes, nos fuimos por tierra desde Venezuela hasta México", cuenta Laura desde un salón apartado en el refugio de migrantes donde la familia se aloja temporalmente, el único lugar donde la pareja accedió a contar su testimonio para evitar el riesgo de ser escuchados.
“Vimos muertos boca abajo en los ríos del Darién, mientras se los comían los zamuros (aves de rapiña)”, afirma Laura bajando la voz frente a su hija, que da brincos mientras juega por la sala. “Cuando estábamos en la selva, unos hombres armados nos detuvieron y nos pidieron ‘colaboración’, pero no teníamos el dinero que pedían”.
“Nos apuntaron con armas y registraron nuestras mochilas. No nos hicieron más nada porque logramos huir en un momento en el que estaban distraídos revisando a otros migrantes”, explica el esposo de Laura.
El gobierno panameño reportó que más de 520.000 migrantes cruzaron la espesa selva del Tapón del Darién durante 2023 en su tránsito hacia Estados Unidos, la mayor cifra registrada en los últimos años. 63% eran venezolanos.
La revisión
Cumpliendo la orden dada, el taxista de Nuevo Laredo giró a la izquierda y se detuvo en una calle más solitaria que la avenida principal. Los hombres volvieron a bajarse del auto gris y llamaron a las ventanas.
"Bájense que les vamos a hacer una revisión", dijo uno de ellos. Laura se negó y le ordenó al taxista que mantuviera las puertas cerradas.
"Nosotros estamos sin armas, pero los que van a venir sí tienen armas y van a tomar cartas en el asunto", amenazó uno de los hombres, según recuerda Laura. “Nos dijeron que era mejor que nos montáramos por las buenas para que los otros no vinieran porque se iban a molestar”.
La familia abordó el auto gris y los hombres pidieron los celulares y las claves de acceso. Laura entregó el suyo, era el único teléfono que tenían. Los hombres armados del Darién se habían quedado con el de su esposo.
Los venezolanos fueron trasladados a un hotel abandonado. Al entrar, Laura vio un revólver 38 sobre un mueble que alguna vez fue la recepción.
Luego los condujeron a una habitación donde había más de 15 personas. Laura y su esposo los reconocieron a todos: eran pasajeros del avión en el que llegaron a Nuevo Laredo desde Ciudad de México.
FUENTE: www.bbc.com/mundo
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