Maduro fue declarado ganador en julio pasado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo colegiado de mayoría oficialista que afirmó sin presentar evidencias que el presidente venezolano obtuvo 6,4 millones de votos frente a 5,3 millones que recibió Edmundo González. La oposición recopiló y exhibió un 83,5% de las actas de votación como prueba de la victoria de González por 2 a 1 frente a Maduro, que fueron avaladas internacionalmente por observadores electorales como el Centro Carter o por la ONU.
“Queremos manifestarle de manera clara que Panamá está con usted y con la legitimidad que usted representa”, le dijo Mulino al líder opositor, que salió del exilio en Madrid para realizar una gira hemisférica que ya lo llevó a Argentina, Uruguay y Estados Unidos. Tiene previsto hacer una quinta parada en República Dominicana antes de la investidura presidencial el viernes.
Panamá fue uno de los primeros países latinoamericanos en exigir a las autoridades de Venezuela una revisión completa de las actas con los resultados electorales tras los comicios presidenciales de los que el Consejo Nacional Electoral declaró ganador a Maduro y decidió suspender las relaciones con Caracas hasta que eso ocurriera.
En Caracas, Maduro defendió el “derecho a existir de nuestra democracia frente a las amenazas y fanfarronerías externas e internas”.
“Declaran allá en Panamá y amenazan a Venezuela”, dijo Maduro en un acto televisado.
El mandatario venezolano expresó, además, en alusión a la amenaza de Donald Trump de recuperar el Canal de Panamá, que le gustaría ver al presidente panameño defender con valentía esa vía fluvial, con un coraje semejante al que “quiere demostrar para agredir a Venezuela. Eres un cobarde, presidente de Panamá”.
Agregó, mostrando una foto de González junto a varios exmandatarios latinoamericanos y exiliados dirigentes opositores en Panamá, “aquí están los que quieren asaltar el poder en Venezuela”.
Poco después de la alocución de Maduro, la exlegisladora María Corina Machado, considerada la figura más representativa de la oposición venezolana y motor de la candidatura de González, renovó su llamado a una protesta nacional e internacional el jueves. “Esto que tenemos nos lo hemos ganado a pulso, con trabajo, con inteligencia, con la verdad”.
“Ahora toca concretar la tarea y cada uno tiene su parte como una orquesta. Mañana nos encontramos en los pueblos y ciudades de toda Venezuela”, acotó. “Que el miedo nos tenga miedo. Vamos todos juntos”.
.El diplomático retirado, de 75 años, ha prometido que viajará a Caracas para tomar posesión, aunque sin dar detalles de cuándo ni cómo lo haría. Contra él hay una orden de arresto en relación con una investigación judicial.
Maduro también asegura que ganó en las urnas un tercer periodo de seis años a pesar de que nunca presentó las actas con los resultados exigidas por la comunidad internacional y se prepara para asumir en la Asamblea Nacional, bajo control oficialista.
Petro, uno de los mandatarios más cercanos a Maduro en la región, explicó el miércoles desde su cuenta de X, antes Twitter, que no asistirá a la posesión convocada por Maduro porque considera que las pasadas elecciones en Venezuela no fueron transparentes —tras pedir por meses que se publicaran las actas de votación—. “No podemos reconocer las elecciones que no fueron libres y esperamos que éstas puedan realizarse pronto sin bloqueos ni intimidaciones internas”, agregó.
Además, Petro reprochó la reciente detención de Carlos Correa, director de la organización local Espacio Público dedicada a la defensa de los comunicadores y la libertad de expresión, así como la de Enrique Márquez, exlegislador y excandidato presidencial opositor independiente.
“Esto, y otros hechos, impide mi asistencia personal al acto de posesión de Nicolás Maduro”, señaló Petro al tiempo que aseguró que no pretende romper relaciones diplomáticas con Venezuela ni intervenir en “asuntos internos de ese país, sin invitación”.
Colombia formó parte junto a México y Brasil de un intento de mediación entre Maduro y la oposición que no dio frutos. España también anunció el miércoles que no enviaría a ningún representante a la investidura presidencial.
En sus actividades en Panamá, González estuvo acompañado de los exmandatarios Jorge Quiroga (Bolivia), Andrés Pastrana (Colombia), Laura Chinchilla (Costa Rica), Vicente Fox y Felipe Calderón (México), Jorge Jamil Mauad (Ecuador), Mireya Moscoso y Ernesto Pérez Balladares (Panamá) y Mario Abdo Benítez (Paraguay).
González llegó a Panamá después de denunciar que su yerno Rafael Tudares fue secuestrado por encapuchados el martes cuando se dirigía a dejar a los dos nietos del dirigente opositor en la escuela en Caracas. “¡Fuerza hija! Estoy de corazón contigo, con mis nietos y con mi querido Rafael”, escribió en X el martes por la noche. “Mi yerno no ha aparecido, esto es una desaparición forzada. Por todos los secuestrados, los desaparecidos, los torturados, esta lucha también es por ustedes”, agregó.
Michael Shifter, expresidente de Diálogo Interamericano en Washington, dijo que ese tipo de actos de represión pueden indicar una debilidad que podría volverse en contra de Maduro.
“La clave son las Fuerzas Armadas”, apuntó Shifter en inglés a The Associated Press y agregó que la reciente caída del gobernante sirio Bashar Assad ha renovado las esperanzas de cambio de los venezolanos. “Estos regímenes son muy impredecibles y pueden caer en cualquier momento, incluso si parecen bastante fuertes".
Desde Panamá, Mulino también mencionó a González que hay una comunidad de venezolanos que está haciendo su vida en el país —se estima que hay cerca de 60.000— pero que también de Venezuela procede más del 70% de los migrantes que cruzan irregularmente la inhóspita selva del Darién, en la frontera con Colombia, con rumbo a Estados Unidos. El año pasado cruzaron poco más de 300.000, un 42% menos que el año anterior.
“Vamos a poner fin a esa pesadilla de los venezolanos en el exterior”, prometió González a los residentes venezolanos en el centro de convenciones Atlapa. “Yo estoy seguro que muchos de ustedes están aportando lo mejor de sí en este país que los acoge pero que en el fondo están deseosos de regresar a Venezuela”.
Afuera del centro de convenciones un grupo de venezolanos con banderitas de su país esperó el paso del líder opositor más temprano y entre ellos estaba Adriana Rodríguez, de 35 años, y quien llegó por la vía legal hace siete años con sus dos hijos desde la ciudad de Maracaibo huyendo de la prolongada crisis económica.
“Estamos emocionados porque sabemos que ésta va a ser la última dictadura en nuestro país y que Edmundo llevará la democracia”, dijo a AP Rodríguez. “Queremos libertad y no el hambre, la violencia y represión brutal de la dictadura de Maduro”.
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Suárez reportó desde Bogotá. Joshua Goodman colaboró desde Miami.
FUENTE: Associated Press