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EEUU

EEUU ordenaría la salida del personal no esencial de sus embajadas en Medio Oriente ante aumento de tensiones con Irán

El Departamento de Estado evalúa evacuar a su personal diplomático en Irak, Bahréin y Kuwait ante posibles represalias de grupos respaldados por Teherán.

El gobierno de Estados Unidos se prepara para ordenar la salida del personal no esencial de sus embajadas en tres países estratégicos del Golfo Pérsico —Irak, Bahréin y Kuwait— como medida preventiva ante un posible escalamiento del conflicto con Irán. Así lo revelaron este martes funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato, en medio de crecientes señales de alerta por parte de las agencias de inteligencia y defensa.

La decisión, que aún no ha sido anunciada oficialmente, responde a informes recientes sobre una intensificación de las amenazas de seguridad contra intereses estadounidenses en la región. Según las fuentes, existen “indicios creíbles” de que milicias apoyadas por Irán podrían llevar a cabo ataques contra instalaciones diplomáticas o militares en respuesta a las últimas sanciones impuestas por Washington y al deterioro de las conversaciones nucleares.

“La situación es volátil y está evolucionando rápidamente”, afirmó un funcionario del Departamento de Estado. “Aunque no estamos cerrando nuestras misiones diplomáticas, sí estamos tomando precauciones adicionales para proteger a nuestro personal”.

En las últimas semanas, la tensión entre Washington y Teherán se ha incrementado tras los recientes movimientos militares en el estrecho de Ormuz y las acusaciones cruzadas sobre sabotajes y ataques con drones. El Pentágono ha incrementado la presencia naval en la región, mientras que Irán ha amenazado con “responder firmemente” a lo que considera provocaciones de Estados Unidos y sus aliados.

El retiro del personal diplomático no esencial incluiría asesores técnicos, funcionarios administrativos y parte del personal de apoyo, dejando operativos únicamente los equipos esenciales para la seguridad y la gestión de emergencias. Esta medida ya ha sido adoptada en el pasado en escenarios similares, como ocurrió en Bagdad en 2020 tras el asesinato del general iraní Qassem Soleimani.

Además de la salida del personal, también se evalúa restringir los viajes oficiales a la región y emitir alertas de seguridad para ciudadanos estadounidenses que residen o viajan en Medio Oriente.

Analistas consideran que esta medida podría ser un paso previo a una estrategia de disuasión más amplia, en la que Washington busca enviar un mensaje claro a Teherán sin desencadenar un conflicto directo.

“Es un movimiento calculado para evitar una confrontación mayor, pero también es un recordatorio de que la región sigue siendo un punto crítico para la política exterior estadounidense”, explicó Jonathan Marks, experto en seguridad internacional del Atlantic Council.

Por ahora, el Departamento de Estado no ha emitido un comunicado formal, pero se espera una actualización en las próximas horas. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue con atención el desarrollo de los acontecimientos, temiendo que un nuevo conflicto regional ponga en riesgo la ya frágil estabilidad del Golfo.

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