El fallo no decide sobre la constitucionalidad del fin de la ciudadanía por nacimiento, pero redefine el alcance de las medidas cautelares contra políticas presidenciales.
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SUSCRIBITELa Corte Suprema respalda argumento de Trump y limita a jueces federales para frenar decretos a nivel nacional
El fallo no decide sobre la constitucionalidad del fin de la ciudadanía por nacimiento, pero redefine el alcance de las medidas cautelares contra políticas presidenciales.
La Corte Suprema de Estados Unidos emitió este viernes un fallo clave que otorga una victoria parcial al expresidente Donald Trump y redefine el poder de los jueces federales para bloquear decretos presidenciales en todo el país.
En el caso Trump vs. CASA, el Máximo Tribunal no se pronunció sobre la legalidad de la orden ejecutiva de Trump para poner fin al derecho de ciudadanía por nacimiento en ciertos casos, sino que se centró en la herramienta utilizada por varias cortes federales para suspender por completo esa política a nivel nacional: las medidas cautelares universales, conocidas en inglés como universal injunctions.
Con su decisión, la Corte Suprema limita la capacidad de los tribunales inferiores para aplicar bloqueos generales a políticas federales. A partir de ahora, las órdenes cautelares solo podrán beneficiar directamente a los demandantes involucrados en cada caso y no se aplicarán automáticamente a todo el país.
Aunque la Corte no evaluó si la restricción al derecho de ciudadanía es o no constitucional, la decisión sí impacta en cómo se podrán aplicar las órdenes ejecutivas de Trump para limitar este derecho a niños nacidos en territorio estadounidense de padres sin estatus migratorio legal.
En la práctica, el fallo significa que, mientras el litigio avanza en distintas cortes, los bloqueos emitidos por jueces federales solo tendrán efecto dentro de su jurisdicción o para las partes que figuran en la demanda. Por ello, en varios estados, la ciudadanía por nacimiento podría mantenerse vigente sin restricciones, al menos de forma temporal.
La Corte Suprema dio un plazo de 30 días para que la decisión entre en vigor, dejando abierta la puerta a nuevas disputas legales sobre cómo se implementará la orden de Trump en los distintos estados.
Desde la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump celebró el fallo como una “gran victoria” para su agenda migratoria y agradeció públicamente a la Corte Suprema por respaldar su argumento de que los jueces federales “no deben abusar de su poder”.
“Gracias a esta decisión podemos seguir debidamente con algunas políticas que habían sido bloqueadas de forma injusta”, declaró Trump. En su intervención, volvió a defender su controvertida interpretación de que el derecho a la ciudadanía por nacimiento fue concebido originalmente para “los hijos de esclavos” y no para hijos de inmigrantes indocumentados.
No obstante, omitió reconocer que su orden sigue enfrentando demandas activas en al menos 24 estados, donde tribunales locales mantienen paralizada la restricción y los niños nacidos allí aún podrían acceder a la ciudadanía por nacimiento mientras continúe el proceso judicial.
Trump aprovechó también para arremeter nuevamente contra los jueces federales que, durante su mandato, fallaron en contra de varias de sus políticas migratorias. Los calificó de “activistas” y acusó sus fallos de ser un “abuso de poder”.
Un precedente con impacto
El fallo de la Corte Suprema marca un precedente importante que podría afectar futuras batallas legales sobre políticas migratorias y otros decretos presidenciales. Desde ahora, las impugnaciones en tribunales federales no podrán frenar automáticamente la aplicación nacional de decisiones del Ejecutivo, algo que históricamente había permitido que un solo juez pudiera detener una política en todo el país.
Con esta decisión, el alcance de los litigios dependerá de la jurisdicción donde se interpongan, lo que podría generar escenarios legales dispares en distintos estados.
Mientras tanto, miles de familias de inmigrantes permanecen a la expectativa de cómo se resolverá el debate de fondo: si Estados Unidos mantendrá o modificará el principio de jus soli, que otorga la ciudadanía a cualquier persona nacida en suelo estadounidense, sin importar el estatus migratorio de sus padres.
El debate apenas comienza.
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