Aunque las opciones de Peñarol parecían mínimas, la ilusión creció con un golazo de Jaime Báez a los 31 minutos. Pero la expulsión del arquero Washington Aguerre por agredir a un rival tras el final del primer tiempo dejó la eliminatoria prácticamente finiquitada.
El triunfo por 6-3 en el marcador global de las semifinales colocó a Botafogo en el partido por el título de la Libertadores, donde enfrentará al Atlético Mineiro, que dejó en el camino a River Plate con un 3-0 en la serie.
La final será el sábado 30 de noviembre en el estadio Monumental de Buenos Aires.
Brasil aseguró su sexto título consecutivo tras los obtenidos por Flamengo en 2019 y 2022, Palmeiras en 2020 y 2021, y Fluminense el año pasado. Además, será la cuarta final entre conjuntos brasileños en las últimas cinco ediciones.
Atlético Mineiro y Botafogo también pelearán por el último pasaje de la CONMEBOL al Mundial de Clubes, que se realizará el próximo año en Estados Unidos.
El camino de Botafogo hasta la final comenzó en las rondas previas a la Libertadores, donde superó a Aurora y Bragantino. Ya en la fase de grupos, se recuperó de sendas caídas ante Junior y Liga de Quito en sus dos primeros compromisos para avanzar como segundo clasificado.
En los cruces, el “Fogao” debió siempre definir como visitante, pero supo vencer a Palmeiras y Sao Paulo antes de doblegar a Peñarol.
Para la revancha en el estadio Centenario de Montevideo, Peñarol llegaba con pocas opciones tras la goleada que sufrió la semana pasada en Río de Janeiro.
El técnico de Botafogo, Artur Jorge, reservó a los titulares Alexander Barboza, Gregore, Luiz Henrique e Igor Jesús, que llegaban apercibidos y si veían una amonestación se perderían la final.
El “Manya” entusiasmó a su hinchada a la media hora con un gran disparo de Jaime Báez desde unos 25 metros que se coló en el ángulo del arco defendido por John Victor.
Después de dominar el primer período, Peñarol sufrió un revés terminante cuando su portero Aguerre se hizo expulsar en el entretiempo por dar un pisotón a John Victor cuando los jugadores se encaminaban a los vestuarios.
Para la segunda mitad, el entrenador de Peñarol, Diego Aguirre, tuvo que prescindir del volante Damián García para dar ingreso al guardavallas Guillermo de Amores.
A los 66, Báez volvió a sorprender con un potente remate desde la medialuna del área para ampliar la diferencia.
Botafogo terminó también con 10 jugadores luego de la expulsión por doble amonestación de Mateo Ponte a los 69 minutos.
A los 88, Thiago Almada finalizó un contragolpe y firmó la única anotación del “Fogao”.
En la siguiente jugada, Facundo Batista firmó el tercero de los locales y rubricó el resultado definitivo.
El autobús que trasladaba a la delegación de Botafogo fue apedreado a su llegada al estadio. Asimismo, otros vehículos con aficionados brasileños también fueron golpeados con piedras en el camino al recinto.
Tras otros hechos violentos en el partido de ida en Río de Janeiro, el Ministerio del Interior uruguayo pidió que el encuentro se jugara sin aficionados visitantes para evitar problemas de seguridad, pero la Conmebol no estuvo de acuerdo y se optó por trasladar la sede del estadio Campeón del Siglo al Centenario.
Con un gol del delantero Kaio Jorge al cierre del primer tiempo, Cruzeiro venció 1-0 a Lanús y, con un marcador global 2-1, consiguió su boleto a la final de la Copa Sudamericana.
El equipo brasileño disputará por primera vez el duelo decisivo de la Sudamericana, que tendrá lugar el 23 de noviembre en Asunción. Sus mejores actuaciones en el torneo habían sido en 2004 y 2005, cuando llegó a octavos de final.
El técnico Fernando Diniz obtuvo su primera victoria en siete encuentros con Cruzeiro, al que dirige desde hace un mes, y buscará su segundo título sudamericano consecutivo, tras ganar con Fluminense la Copa Libertadores en 2023.
El otro finalista de la Sudamericana se conocerá el jueves tras el enfrentamiento entre Racing y Corinthians, que vienen de igualar 2-2 en la ida.
FUENTE: Associated Press