En una misiva al fiscal de la CPI, Karim Asad Ahmad Khan, un alto oficial retirado de la Armada venezolana, lo increpa, a propósito de la reciente decisión de la CPI que le ordena al fiscal apartarse del caso venezolano, por lo que sería “conflicto de intereses”. “Prefirió utilizar su posición y autoridad para beneficio personal, enlodando su ética y violando la ley”, le dice el contralmirante Daniel Lino Comisso Urdaneta.
Con dureza en las expresiones hacia quien hasta el viernes 01 de agosto 2025 llevara la investigación sobre Venezuela, el oficial de la Armada sentencia “usted se convirtió en un servil más a los designios del régimen criminal, tal como lo hiciera su antecesora”.
Este episodio ocurre en un momento de tensión entre el ente internacional y varios Estados ante acusaciones de parcialidad y falta de transparencia. La decisión de apartar al fiscal ha sido vista por organizaciones civiles como un precedente crucial que enfatiza la necesidad de salvaguardar la credibilidad y autonomía de los procesos judiciales internacionales
El mensaje del contralmirante Daniel Lino Comisso Urdaneta al fiscal Khan no es solo un cuestionamiento personal, sino una denuncia estructural sobre estándares de ética en la justicia penal internacional. La crítica se centra en una supuesta complacencia con el régimen venezolano que habría menoscabado la reputación y la objetividad del fiscal en la investigación.