Rutte señaló que Alemania, Finlandia, Canadá, Noruega, Suecia, el Reino Unido y Dinamarca estarían entre los compradores de armas para suministrarlas a Ucrania. Indicó que “la velocidad es esencial aquí”, y planteó que algunas armas serían enviadas rápidamente a Kiev y luego reemplazadas con compras a Estados Unidos.
Más tarde el lunes, Zelenskyy publicó que había hablado con Trump por teléfono, y explicó que “conversó con el presidente sobre los medios y soluciones necesarios para proporcionar mejor protección a las personas de los ataques rusos y fortalecer nuestras posiciones”.
Zelenskyy agregó que Trump había “accedido a ponerse al día más a menudo por teléfono y coordinar nuestros pasos en el futuro”.
Desde hace tiempo Trump se ha jactado de su relación amistosa con Putin, y en repetidas ocasiones afirmó que Rusia estaba más dispuesta que Ucrania a alcanzar un acuerdo de paz. También acusó a Zelenskyy de prolongar la guerra, y lo llamó "dictador sin elecciones".
Pero el incesante ataque del Kremlin a áreas civiles de Ucrania agotó la paciencia de Trump. En abril, el mandatario estadounidense instó a Putin a "¡detener!" los mortales bombardeos sobre Kiev, y al mes siguiente declaró en redes sociales que el presidente ruso "¡se ha vuelto totalmente loco!".
Mientras Rutte estaba en Washington, el enviado especial de Trump para Ucrania y Rusia, el teniente general retirado Keith Kellogg, se reunió con Zelenskyy en Kiev.
Zelenskyy detalló que él y Kellogg tuvieron “una conversación productiva” sobre fortalecer las defensas antiaéreas ucranianas, la producción conjunta de armas, y la compra de armas estadounidenses en conjunto con países europeos, al igual que la posibilidad de sanciones internacionales más duras contra el Kremlin.
“Esperamos el liderazgo de Estados Unidos, porque está claro que Moscú no se detendrá a menos que sus... ambiciones sean detenidas por la fuerza”, subrayó Zelenskyy en Telegram.
Rusia ha azotado ciudades ucranianas, incluida la capital Kiev, con cientos de drones y misiles de crucero y balísticos que las defensas antiaéreas ucranianas están teniendo problemas para contrarrestar. En junio se registró el mayor número de bajas civiles de los últimos tres años —232 muertos y 1.343 heridos—, según la misión de derechos humanos de la ONU en Ucrania.
Al mismo tiempo, el ejército de Rusia, que es más grande, hace un nuevo intento por obligar a una retirada de las fuerzas defensoras ucranianas en varios tramos de los 1.000 kilómetros (620 millas) del frente.
Trump confirmó que Estados Unidos enviará a Ucrania más misiles de defensa antiaérea Patriot, y que la Unión Europea le pagará a Washington por las “diversas piezas" de armamento "muy sofisticado”.
El legislador ruso Konstantin Kosachev declaró que el plan de Trump tenía “sólo un beneficiario: el complejo militar-industrial de Estados Unidos”.
Alemania ha ofrecido financiar dos sistemas Patriot, dijo el portavoz gubernamental Stefan Kornelius el lunes en Berlín. El país ya le ha dado tres de sus propios sistemas Patriot a Ucrania.
El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, viajaba a Washington el lunes para reunirse con el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
“Estamos decididos a asumir una mayor responsabilidad para la defensa de Europa y su capacidad de disuasión, a la vez que reconocemos que la contribución de Estados Unidos sigue siendo indispensable para nuestra seguridad colectiva”, dijo Pistorius a los periodistas.
Un importante aliado de Trump, el senador republicano Lindsey Graham, declaró el domingo que el conflicto se acerca a un punto de inflexión, ya que Trump muestra un creciente interés en ayudar a Ucrania a luchar contra la invasión rusa.
Aunque previamente Trump había minimizado estos empeños, considerándolos un desperdicio del dinero de los contribuyentes estadounidenses, Graham dijo en el programa "Face the Nation" de CBS que “verán fluir armas a un nivel récord”.
“Uno de los mayores errores de cálculo que ha cometido Putin es jugar con Trump", apuntó. "Y sólo observen: en los próximos días y semanas, habrá una iniciativa masiva para llevar a Putin a la mesa” de negociaciones.
Kirill Dmitriev, enviado de Putin para la inversión internacional que participó en conversaciones con funcionarios estadounidenses en Arabia Saudí en febrero, restó importancia a lo que dijo eran intentos para crear una brecha entre Moscú y Washington.
“El diálogo constructivo entre Rusia y Estados Unidos es más efectivo que los intentos de ejercer presión, los cuales están condenados al fracaso”, escribió Dmitriev en una publicación en Telegram. “Este diálogo continuará, a pesar de los esfuerzos titánicos por interrumpirlo por todos los medios posibles”.
Aunque Trump propuso aplicarle nuevos aranceles a Rusia, expresó dudas sobre el proyecto de ley bipartidista para castigar aún más a ese país.
“No estoy seguro de que lo necesitemos”, manifestó. “Podría ser muy útil. Tendremos que ver”.
Dicho proyecto de ley incrementa las sanciones y coloca aranceles del 500% a los productos importados de países que compran petróleo, gas y otras exportaciones rusas. El lunes, Trump propuso implementar aranceles del 100% unilateralmente.
“Uso el comercio para muchas cosas”, señaló. “Pero es excelente para resolver guerras”.
Desde el 5 de diciembre de 2022, cuando la Unión Europea prohibió el uso de petróleo ruso, China ha comprado el 47% de las exportaciones de crudo de Rusia, seguida de India con el 38%. Turquía y la UE han adquirido cada uno el 6%, según el Centre for Research and Clean Air, una organización sin fines de lucro finlandesa que da seguimiento a la industria energética.
Zongyuan Zoe Liu, experto en China en el Council on Foreign Relations —un centro estadounidense de investigación—, dudó que los aranceles modifiquen el curso de la guerra.
“El petróleo es fungible, y Rusia ha desarrollado una ágil flota fantasma", apuntó el investigador. "Por lo tanto, hacer que (los aranceles) se cumplan sería un reto”.
Sin embargo, los aranceles todavía podrían tener un efecto dramático, según cómo se implementen.
Agregar un arancel del 100% a China, además de los impuestos de importación ya existentes, en esencia detendría el comercio entre Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo.
En una declaración conjunta, los copatrocinadores del paquete de sanciones que se abre paso en el Congreso —Graham y el senador demócrata Richard Blumenthal—, elogiaron a Trump por haber “tomado una medida contundente”. También defendieron su proyecto de ley: “El beneficio de nuestro enfoque es que combina la autorización del Congreso de aranceles y sanciones con flexibilidad para que el presidente lo implemente, lo que le da una solidez de roca a nivel jurídico y político”.
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Los periodistas de The Associated Press Lorne Cook, en Bruselas, Geir Moulson, en Berlín, Paul Wiseman y David Klepper en Washington, y Katie Marie Davies en Manchester, Inglaterra, contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
FUENTE: Associated Press