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El ex Embajador de Estados Unidos Manuel Rocha, acusado de trabajar por más de 40 años como agente encubierto a favor de Cuba, pudo haber causado tanto o más daño que Ana Belén Montes a la Seguridad Nacional de EEUU, según Peter J. Lapp, el ex Agente Especial del Buró Federal de Investigaciones (FBI), que investigó, arrestó y participó en en 2001 en el encausamiento de Montes, quien espió durante 17 años para el régimen de La Habana.
Enrique García, ex oficial de Inteligencia de Cuba, quien estuvo esta noche en el programa A Fondo, apuntó que se impone una evaluación profunda dentro de la Comunidad de Inteligencia debido a las posibles extensiones de este caso.
García desertó en 1989 y colaboró con los servicios de contraespionaje estadounidenses. Fue el primero en alertar entonces de la infiltración de dos espías mujeres en las instituciones de Estados Unidos, cuyos nombres se conocieron a la larga: Ana Belén Montes y Marta Rita Velázquez.
En el programa A Fondo, que conduce el presentador Juan Manuel Cao, también participó Miguel Cossío, Gerente General de América TeVe, y quien recordó una columna suya de opinión publicada en enero del 2007 (La ecuación de Polifemo) que contenían declaraciones controversiales del ex Embajador Manuel Rocha sobre la política de Estados Unidos hacia Cuba.
En esos momentos, Raúl Castro estaba en el poder en Cuba, como consecuencia de la enfermedad de Fidel Castro, que lo sacó del gobierno el 31 de julio del 2006.
A pregunta de Cossío al ex Director para Asuntos Hemisféricos del Consejo Nacional de Seguridad acerca de lo que Estados Unidos debería hacer para acelerar una transición en Cuba, Rocha respondió: Hay una sola amenaza de parte de Cuba a la seguridad nacional de Estados Unidos y es que se pierda el control de la situación interna y se produzca un éxodo. La única manera de que los cubanos se queden allá es que haya un gobierno fuerte, y ése es el gobierno de Raúl Castro... Lo que más le conviene a Estados Unidos es un gobierno de sucesión.
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