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El Banco Central de Cuba (BCC) anunció la ratificación de este medio de pago a través de una red de cajeros automáticos y POS en todo el país, tras una reunión celebrada este 5 de diciembre. En este encuentro participaron representantes del Russian National Card Payment System (NSPK), el BCC, Servicios de Pagos (RED SA), y FINCIMEX, la financiera vinculada a los militares cubanos.
En este sentido, se destacó que el despliegue tecnológico iniciado recientemente se expandirá gradualmente por los POS, inicialmente concentrándose en los polos turísticos y posteriormente extendiéndose a lo largo de Cuba. El servicio ya se encuentra operativo en la red de cajeros automáticos desde diciembre de 2022.
Las autoridades, incluyendo representantes de NSPK Rusia y diversas instituciones cubanas, inspeccionaron el funcionamiento de estas tarjetas en la tienda estatal Casa del Café Mamá Inés de la red Caracol.
El proceso de implementación progresiva de las tarjetas MIR en Cuba se inició hace menos de un mes, según anunció Juan Carlos García Granda, ministro de Turismo. Esta medida ha sido interpretada por algunos analistas como un reflejo de la influencia rusa en la isla.
La estrategia contempla su aplicación inicial en instalaciones turísticas clave de La Habana, Varadero, y los cayos de Ciego de Ávila y Camagüey. Se planea que para finales de 2023, el servicio se extienda a la mayoría de las instalaciones del sector turístico, cadenas de tiendas y servicentros en toda Cuba, según lo informado por la agencia oficial Prensa Latina.
Esta movida ha generado opiniones encontradas. Para algunos, como Boris Titov, presidente del Consejo Empresarial ruso-cubano, se trata de una oportunidad para pagar en rublos con la tarjeta MIR, con la intención de sortear sanciones y satisfacer las necesidades de turistas y empresarios rusos en Cuba.
Sin embargo, expertos como Juan Antonio Blanco y Orlando Freire Santana opinan que aunque esta medida facilitará el pago a turistas rusos, no tendrá un impacto significativo en la economía cubana. En cambio, consideran que afianza el dominio ruso sobre la isla y forma parte de una estrategia más amplia de control económico y político de Rusia sobre Cuba.
Otros, como Manuel Cuesta Morúa, opinan que este paso reafirma una dependencia histórica de Cuba hacia alguna potencia extranjera. En su visión, el régimen cubano, a través de esta alianza, cede soberanía en sus relaciones internacionales y económicas.
Rusia ha mantenido un papel fundamental en el apoyo al régimen cubano, proporcionando asistencia y financiamiento para proyectos clave. Además, ambas naciones se han respaldado mutuamente en temas políticos y diplomáticos, mostrando una estrecha relación bilateral en varios frentes.
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