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SUSCRIBITEEl nieto del fallecido líder cubano Fidel Castro y conocido empresario nocturno, ha salido en defensa de su controversial fiesta de cumpleaños
En medio de la profunda crisis que afecta a Cuba, Sandro Castro, nieto del fallecido líder cubano Fidel Castro y conocido empresario nocturno, ha salido en defensa de su controversial fiesta de cumpleaños, prevista para este 5 de diciembre en su bar EFE, ubicado en el Vedado, La Habana.
Pese a las críticas por el lujo y ostentación del evento, Sandro insiste en que tiene derecho a celebrar "como un joven cubano revolucionario".
El anuncio de la fiesta, que incluye cócteles de bienvenida, cerveza Cristal, tequila para las primeras veinte mujeres y vino espumoso gratuito para todos, desató una ola de indignación en redes sociales. Muchos consideran que la extravagancia del evento es un insulto a la difícil realidad de los cubanos, quienes enfrentan una severa crisis económica con carencias en servicios básicos, transporte, salud y alimentos.
En respuesta a las críticas, Sandro apareció en una transmisión en vivo desde su automóvil de lujo, afirmando que el revuelo es parte de una campaña de "odiadores" y "mercenarios" financiados por Estados Unidos.
"Quiero aclarar que estoy celebrando mi cumpleaños en mi lugar, en mi negocio, siempre dentro del margen de la legalidad. Esto es un derecho de cualquier joven cubano", dijo, utilizando un tono desafiante para defender su posición.
A pesar de su postura, las críticas hacia el "rey de la noche" no han cesado. Sus palabras y su actitud, vistas como desconectadas de la realidad de la mayoría del pueblo cubano, han sido percibidas como una burla hacia quienes lidian con las penurias diarias. Incluso sus declaraciones han sido tildadas de cínicas al insistir en su "compromiso revolucionario", mientras disfruta de privilegios que contrastan drásticamente con la vida de la población general.
La controversia no es nueva para Sandro. En 2021, fue objeto de un escándalo al publicar un video donde presumía de su Mercedes Benz y decía: "Somos sencillos, pero de vez en cuando hay que sacar estos jugueticos". Aunque posteriormente pidió disculpas, su imagen de privilegio y ostentación sigue alimentando las críticas.
En este contexto, muchos se preguntan si el régimen cubano tolera este tipo de acciones para distraer la atención del creciente descontento social o si simplemente refleja el descaro de una élite privilegiada que disfruta de lujos mientras la mayoría del pueblo enfrenta carencias extremas.
La celebración de Sandro Castro no solo simboliza el contraste entre las clases sociales en la isla, sino también el descontento generalizado hacia una élite que, según los críticos, representa una desconexión absoluta con las necesidades y problemas del pueblo cubano.
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