Los cubanos parecen estar cada días más hartos de la imparable crisis y escasez que agobia su vida en la isla y un régimen sin respuesta para una crisis que para muchos, es peor que la de los duros años 90 de aquel llamado Período Especial.
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SUSCRIBITELa crisis ahora está agravada además con largos apagones, un severo desabastecimiento de agua, y montañas de basura que siguen recogerse en muchas de las calles cubanas
Los cubanos parecen estar cada días más hartos de la imparable crisis y escasez que agobia su vida en la isla y un régimen sin respuesta para una crisis que para muchos, es peor que la de los duros años 90 de aquel llamado Período Especial.
La crisis ahora está agravada además con largos apagones, un severo desabastecimiento de agua, y montañas de basura que siguen recogerse en muchas de las calles cubanas.
La escasez con el suministro de agua en Cuba ha obligado a pobladores de la isla, por ejemplo, a tener que racionarla a la hora de cocinar, de descargar los baños, de lavar y hasta para el aseo personal.
Actualmente, más de un millón de cubanos no recibe agua en sus casas, según reconocieron autoridades del sector hidráulico en el país, con afectados en todas las provincias.
Al profundo desabastecimiento en el suministro de agua, ahora se suma otra vez la falta de recogida de basura, otra de las crisis que van y vienen sin que el régimen la acabe de solucionar definitivamente, pese a todas sus promesas y discursos triunfalistas.
En la Habana, por ejemplo, sólo trabaja actualmente el 57 por ciento de los equipos de recolectores de basura, en una ciudad que hasta la fecha, este año produce unos siete mil metros cúbicos de desechos sólidos más que en el 2023.
En cuanto a los apagones, con más de 20 horas diarias, el primer día de octubre de este 2024 la isla sufre un déficit de energía eléctrica de más de mil 100 megawatts en la hora pico nocturna, lo que significa otra oscura, calurosa y agobiante noche para los cubanos que ya de por sí cargan sobre sus hombros el peso de la escasez de combustible, de transporte, de medicinas, de los altos precios y por si fuera poco, la precaria alimentación.
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