A pesar del compromiso del primer ministro británico, Boris Johnson, y del presidente francés, Emmanuel Macron, a “hacer todo lo posible” para evitar que los traficantes de personas pongan en peligro las vidas de otros, los políticos a ambos lados del canal culpan ya a sus contrarios por no haber evitado la tragedia del miércoles.
Las autoridades británicas critican a Francia por rechazar su oferta de que tanto policías como agentes fronterizos realicen patrullan conjuntas a lo largo de la costa del Canal con las autoridades galas. París, por su parte, afirma que Londres está alimentando la crisis porque es demasiado fácil para los migrantes quedarse en el país y trabajar si logran pasar.
En medio del cruce de acusaciones, los legisladores británicos debatirán el jueves sobre el creciente número de migrantes que llegan a sus costas en pequeños barcos. Está previsto que Macron aborde el problema con funcionarios de la Unión Europea.
Mientras, los migrantes siguen desafiando el frío para completar su travesía en embarcaciones de pequeño tamaño.
“Esta tragedia era completamente predecible, de hecho se predijo, y era completamente evitable", dijo Zoe Gardner, del Consejo Conjunto de Bienestar para los Migrantes, a la BBC. “Este tiene que ser el momento en el que nuestro gobierno marque un punto de inflexión".
“Necesitamos ofrecer alternativas a los barcos de contrabandistas", agregó.