La estancia en la isla se prolongó por largos períodos unos cinco años, en los cuales profundizó su relación con Álvarez, a quien intentó conquistar con lujos prohibidos en ese entonces para los cubanos, como cenar en restaurantes en dólares, visitar discotecas y pasear.
“Yo era una niña. No tenía maldad ninguna. Él era un extranjero, un rico y se había fijado en mí. No podía decirle que no. Era un privilegio ser su novia”, dice Álvarez al cabo de 20 años.
Maradona la llevó a vivir con él en La Pradera, un Centro Internacional de Salud, donde el régimen cubano le había habilitado dos casas: una para sí y otra para su séquito de amigos.
“Mi mamá no lo tomó nada bien. Tampoco mi papá. Pero a esa edad uno suele ser muy rebelde y no tener en cuenta el criterio de los padres. La vida con Maradona era muy loca: fiestas, discotecas. Me llevaba a comer…. Nunca imaginé que después me metería en las drogas de la que me costó tanto trabajo salir”, dijo Álvarez.
“Al cabo de estos años me da pena de mí misma saber que tenía 16 años y fui parte de todo eso. Pero fue una experiencia más que tuve en la vida. No escogemos lo que nos toca vivir. Simplemente me dejé llevar”, añadió.
Para Harold Crespo, quien estudiaba junto con Álvarez, ella se convirtió “en una diosa”.
“De pobre a tener todo. La novia oficial de Maradona”, contó vía telefónica desde Uruguay, donde reside hoy.
“Fue impresionante ver la transformación de Mavys, de esa niña inocente y alegre que todos conocíamos a lo que se convirtió después de ser sumergida en ese mundo de alcohol y drogas. Fue muy duro”, agregó.
La abogada Laritza Diversent, quien dirige Cubalex, una ONG que se dedica a asesorar jurídicamente a la sociedad civil cubana asegura que Maradona no infringió las leyes cubanas con esta relación.
“En Cuba no se criminaliza las relaciones con menores de edad. A partir de los 14 años las niñas pueden casarse con el consentimiento de sus padres. Las relaciones sexuales sólo constituyen delito si se realizan bajo estupro, es decir, si el adulto utiliza el engaño o el abuso de superioridad sobre el menor”, agregó.
“Lejos de proteger a la menor, en Cuba esa adolescente pudo haber sido sancionada por el delito de peligrosidad predelictiva, que es la figura legal que utilizan contra las muchachas que tienen relaciones con turistas.
Las medidas de seguridad predelectiva están definidas en los artículos del 73 al 84 del Código penal cubano, y pueden llevar condenas de uno a cuatro años de cárcel.
Álvarez asegura que ella nunca ejerció la prostitución, algo común entre muchas menores de edad en Cuba que buscan en los turistas alivio para las necesidades económicas de su familia. “Él me cayó bien. Me deslumbró. Fue una relación consentida”, dijo.
Parte - II
Así sumergió Maradona a una menor cubana en las drogas y el alcohol
“Yo intentaba, pero no podía salir. Era una espiral. Cuando salía de la droga me refugiaba en el alcohol”. Así recuerda Mavys Álvarez los años que pasó junto a Diego Armando Maradona en La Habana, tres de los cuales vivió los vivió en las dependencias del gobierno en el Centro Internacional de Salud La Pradera.
“Diego me llevó a la droga cuando tenía 16 años. En varias ocasiones él trató, me insistía (...) fue después que llevábamos unos seis meses de relación. Él se sentía solo y probé la cocaína por complacerlo. Ese fue el error más grande de mi vida”, dijo.
Álvarez relata que Maradona consumía constantemente cocaína y que la droga venía desde Colombia. Cuando se le acababa la cocaína un sirviente cubano “se encargaba de zapatear La Habana” en busca de droga local.
“Salir de la droga fue bastante difícil. La droga me dio muchas alucinaciones. Estuve algunas horas en el hospital CIMEQ (Centro de Investigaciones Médicas Quirúrgicas) porque me deshidraté”, relata.
El CIMEQ es un hospital dedicado a la élite cubana donde han sido atendidos Fidel Castro, Hugo Chávez y recientemente Florencia Kirchner, la hija de la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, acusada de corrupción en su país.
Otra de las obsesiones de Maradona fueron los senos de Álvarez. De acuerdo con su testimonio le propuso agrandarlos y traer a cirujanos desde Argentina, pero ella rechazó la idea. “Tenía miedo de que la operación saliera mal, tener algún tipo de infección. Entonces él decidió operarme en Argentina”, dijo.
Con 17 años y sin la autorización de su madre, Álvarez viajó a Argentina donde fue intervenida quirúrgicamente. “Fui por 20 días, pero me tuve que quedar casi tres meses debido a las locuras de Diego. Se me abrieron los puntos porque corría a toda velocidad por las carreteras de ese país”, dijo.
Parte - III
Encuentro con el dictador Fidel Castro
Tras un año de relación, Diego Armando Maradona deseaba llevarse a Mavys Álvarez a Argentina. El objetivo: practicarle una cirugía para agrandarle los senos. Maradona también quería pedirle un favor a su amigo el dictador Fidel Castro: comprarle una casa en La Habana o Varadero para los períodos cada vez más largos que pasaba en la isla.
“Diego quería que yo fuera al partido de homenaje que le iban a hacer en Argentina y operarme allá. La única manera de salir de Cuba era con una Carta Blanca, un permiso que el régimen daba o negaba a los cubanos que deseaban salir del país”, relata Álvarez.
“Tras la petición de Diego ni siquiera hizo falta que mi padre firmara. Fidel Castro permitió que viajara y le puso como condición que regresara a los 20 días”, añadió.
A Álvarez le expidieron un pasaporte y viajó a Argentina donde sería sometida a una operación de agrandamiento de senos.
Otro de los motivos de la reunión fue la compra de una casa. Según el testimonio de Álvarez, Castro rechazó la petición y en cambio le regaló una de las mansiones expropiadas a los cubanos que partieron al exilio.
“La casa no la conocí. No sabía si finalmente le habían regalado la casa. Pero en el momento del encuentro Fidel le dijo que se la regalaría. Después nunca más hablamos de eso”, cuenta Álvarez.
Durante tres años Álvarez vivió junto a Maradona en una de las residencias del centro hospitalario La Pradera, donde el argentino tenía dos edificaciones a su servicio.
Tras la muerte de Maradona en el año 2000, Tony Castro, hijo de Fidel Castro, llamó a la familia de Maradona para alertarle de la propiedad que estaba en la isla al cuidado de un anciano al que el dictador había encargado el inmueble.
“Hay un viejito, Cañero, que cuida esa casa, y le dice que recuerde que en el altillo de esa casa hay decenas de objetos”, reveló Mauricio D’Alessandro, el abogado de Matías Morla, último apoderado del astro, en una entrevista con Canal 13.
Según Infobae, la propiedad está situada en el barrio Miramar, en las adyacencias de la Quinta Avenida, una de las zonas más exclusivas de la capital cubana.
Parte VI
Mavys revela los motivos por los cuales terminó la relación definitivamente con Maradona
Tras cuatro años de relación, Mavys Álvarez, la menor de edad a quien Diego Armando Maradona había conocido en Cuba, se había distanciado cada vez más del futbolista
“Él pasaba largos períodos fuera de Cuba. En ese tiempo yo me fui alejando de las drogas. Estaba limpia, pero me refugiaba en el alcohol”, dijo Álvarez.
“Fue en ese tiempo, en que estaba cada vez más sola en el que conocí a mi actual esposo. Con él inicié una relación. Él me ayudó a salir de ese mundo. Tuvo paciencia y me acompañó en la parte más difícil de mi vida”, añadió.
Maradona nunca más tuvo contacto con Álvarez, quien también cree que se debió a su negativa a participar en orgías organizadas por el deportistas, en las cuales siempre se negó a participar.
“Una noche me llamó. Le dije: qué querés y le colgué. Estaba embarazada de mi actual esposo. Temí mucho tiempo que mi hija, fruto de esa relación, estuviera enferma por mi adicción a las drogas. Pero gracias a Dios no fue así. Mi familia me salvó”, dijo.
FUENTE: Mario J. Pentón