Si algún deportista de Singapur hubiera conseguido la máxima gloria olímpica incluso hubiera recibido más dinero de su comité olímpico nacional, poco más de un millón de dólares.
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SUSCRIBITESi algún deportista de Singapur hubiera conseguido la máxima gloria olímpica incluso hubiera recibido más dinero de su comité olímpico nacional, poco más de un millón de dólares.
El monto de los premios varía, en dependencia del país y el color de las preseas, aunque algunas naciones, como Reino Unido, Suecia o Noruega, en lugar de otorgar dinero, conceden a sus medallistas subvenciones y otros tipos de estímulos.
Y entonces está Cuba.
¿Se acuerdan de Julio César La Cruz?
Sí, sí, ese mismo. El que después de coronarse en el peso pesado del boxeo gritó: “¡Esto no es Patria y Vida, esto es Patria o Muerte, Venceremos!”.
La Cruz, apodado La Sombra, quien ya había ganado el oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, recibió nada menos que… ¡un pescado y dos botellas de refresco!
Y aquí es donde empieza el dilema. ¿Dónde consigue el aceite si quiere comer pescado frito?
Ná, mejor lo hierve. ¿Y si no hay gas?
La opción más viable tal vez sea ceviche, pues, a fin de cuentas, el limón es la base de todo.
¿Y los refrescos? Bajárselos a pulso, a temperatura ambiente, porque quitaron la luz y no puede enfriarlos.
Lo tragicómico es que el susodicho pescado y sus acompañantes líquidos fueron entregados en una ceremonia y todo, presidida por las organizaciones políticas y de masas del municipio Santa Cruz del Sur, en Camagüey.
Esta gente se supera cada día. Es como una competencia a ver quién es más ridículo.
Si eso es ahora, ¿qué será de él cuando, una vez retirado, emprenda la ruta del olvido, como otros tantos campeones que lo precedieron? Entonces si será apenas La Sombra.
Ahí tiene su Patria o Muerte. Que le aproveche.
Yo me quedo con Yordenis, nuestro campeón de Patria y Vida.
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