La declaración se produjo en reacción al fallo el martes del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, de que los productos de los asentamientos deban proveer “una indicación de ese origen” para informar mejor a los consumidores.
El Departamento de Estado dice que el fallo alienta el movimiento BDS, una campaña encabezada por los palestinos que promueve boicots, desinversión y sanciones contra Israel. Dice que Estados Unidos “se opone inequívocamente” a cualquier gestión “para presionar económicamente, aislar o deslegitimizar a Israel”.
La UE dice que se opone al boicot, pero que los productos de los asentamientos no pueden decir “Hecho en Israel”. La UE, junto con los palestinos y la mayoría de la comunidad internacional, consideran que los asentamientos israelíes son ilegales.