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Salen más detalles sobre Kcho y su adicción a las drogas

Alexis Leyva Machado, Kcho, uno de los artistas plásticos cubanos de mayor reconocimiento internacional y lealtad declarada al régimen de La Habana, está internado en una instalación médica tras enfrentar serios problemas de adicción a las drogas.

Protegido del fallecido Fidel Castro y del actual gobernante Raúl Castro, y diputado a la Asamblea Nacional, Kcho, tuvo una recaída en días recientes y fue recluido en el Centro de Salud Mental (CENSAM), según confirmaron a Martí Noticias fuentes cercanas al artista.

“Después de una cadena de eventos que pudieron perjudicar la salud y la integridad del artista, la alta dirección del país y un grupo de profesionales decidieron hospitalizarlo bajo el diagnóstico de drogodependiente, trastornos neuróticos, agotamiento psíquico y estrés en una de las casas de protocolo que pertenecen al CENSAM”, dijo una fuente del centro, cuya sede está ubicada en 236 A esquina a 11, en el reparto Siboney.

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La suerte de Kcho, de 47 años, ha sido objeto de comentarios y versiones extraoficiales durante las últimas semanas, vinculándolo desde a actos de violencia doméstica como a incumplimiento de pagos millonarios al monopolio estatal de las comunicaciones, ETECSA, de acuerdo con reportes obtenidos por Martí Noticias.

Según el profesional entrevistado, un 60% de este tipo de pacientes corre el riesgo de recaída cuando está en fase de medicación e incluso después del tratamiento. El índice de reincidencia es uno de los problemas más importantes en la cura de la adicción a las drogas.

Por eso, al artista le permitieron varios permisos, pero siempre en custodia para evitar una posible repetición, y de paso acallar los comentarios en la opinión pública.

Las autoridades cubanas hablan de actualizar la metodología que rige la fiscalía en el control de los delitos referentes a las drogas, pero no enfrenta el problema con rigor suficiente.

En el 2013, durante el discurso como presidente, pro tempore, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Raúl Castro minimizó el tema insistiendo en que Cuba es territorio libre de drogas, y solo reconoció la existencia de "un poquito de marihuana".

Kcho saltó de una escuela elemental de arte en Isla de la Juventud a la Escuela Nacional de Arte (ENA). Para graduarse hizo una exposición en 12 y 23 (Vedado), en La Habana, la cual deslumbró a galeristas importantes. En ese tiempo conoció e hizo amistad con Lilian Llanes, quien le invitó a participar en la Bienal de La Habana con la instalación “Regata”.

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Un año después, en la Bienal de Corea del Sur de 1995, ganó el gran premio de la exposición, lo que lo catapultó a los escenarios internacionales del arte.

De personalidad conflictiva, padre carpintero y madre artista popular, Kcho comenzó a forjar su actual posicionamiento a favor del régimen cubano y de Fidel Castro cuando después de participar en “Cocido y Crudo” (exposición en el museo Reina Sofía, comisariada por el ex curador Dan Cameron, 1994-1995), intentó viajar a Estados Unidos y le fue negada la visa.

Por esa fecha, Fidel Castro le ofreció un almuerzo a pintores y artistas destacados y Kcho fue de los escogidos. Justo ahí y a pedido del Castro, le pintó algo sobre una servilleta.

“Su prepoptencia es normal”, dijo una fuente que conoce al artista. “De un humilde hogar en Nueva Gerona a una mansión en Siboney. El éxito lo arrebató y en poco tiempo cambió, el nuevo entorno lo envolvió y terminó en las adicciones”.

Fue así que el artista comenzó a tener problemas, a comprar y consumir cocaína abiertamente, acompañado de un comportamiento bastante agresivo e irrespetuoso.

Entonces, a mediados del 2000, el propio Fidel Castro ordenó encerrar al artista en una casa ubicada en calle I de Villa Cuba, Varadero, “como si de como si de una solución mágica se tratara”, comentó la fuente.

Allí estuvo obligado y bajo tratamiento para desintoxicación con el fin de alejarlo de las malas compañías. Pero nunca se curó.

Con el apoyo de Castro, el célebre Kcho se lanza como empresario y comienza con la venta del patrimonio automotriz cubano, la exportación de autos antiguos disfrazados de instalaciones artísticas. Luego incursiona en el gremio culinario y abre, con autorización gubernamental, el Restaurant Kike-Kcho, en la última dársena de la Península de Hicacos.

Alcanza su máximo esplendor como gerente de relaciones públicas del gobierno cubano para atraer a empresarios poderosos y artistas de nombre mundial.

Varios entrevistados coinciden en que al enfermar Fidel Castro, Kcho se ve forzado a cambiar de mentor, logrando la cobija de Raúl Castro. La actual jefatura del país, autorizó al pintor a usar su nombre como empresa y bajo esa sombrilla, entre otras cosas, contrató varias líneas telefónicas con ajuste de postpago que reparte entre más de una decena de amigos, empleados y dealers de estupefacientes.

Su deuda de impagos con ETECSA asciende a más de medio millón de CUC y es requerido por la justicia, pero como otras tantas causas en su contra, también le fue sobreseída.

Ahora -explica la fuente- la campaña gubernamental contra los bares privados, mucha gente fue presa por permitir la venta y consumo de drogas. Varios de los detenidos, durante el proceso de interrogatorio, señalaron al artista como habitual portador y consumidor de estupefacientes en esos establecimientos y, como medida protectora de una justicia poética, la dirección del país decidió ingresar a Kcho para alejarlo de la ley y del comentario.

En enero de 2014, Fidel Castro hizo una de sus escasas apariciones públicas para inaugurar un estudio de arte de Kcho en el barrio habanero de Romerillo. En diciembre de ese año, Kcho exhibió en el Palacio de la Cancillería de Roma su exposición Vía Crucis, en la que dice querer reflejar "el sufrimiento y los sueños de todas las personas que deciden emigrar en busca de futuro mejor".

En 2015, durante su primera visita a Cuba, el Papa Francisco recibió como regalo de Raúl Castro un Cristo crucificado en remos, titulada “ Milagro”, obra de Kcho, una pieza que el Sumo Pontífice destinó a la isla de Lampedusa.

FUENTE: martinoticias.com / Juan Juan Almeida

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