El ministro de Salud, Stoycho Katsarov, explicó el martes que el nuevo pase de sanidad, digital o en papel, certifica que su titular ha sido vacunado contra el COVID-19, se ha recuperado recientemente de la enfermedad o ha dado negativo en una prueba diagnóstica.
“El número de infectados está en aumento, y también el número de muertes, lo que nos obliga a tomar medidas adicionales”, dijo, y advirtió que se clausurarán los locales que no sigan las normas.
El país balcánico, de 7 millones de habitantes, informó el martes de 4.979 nuevos casos de COVID-19 y 214 muertes relacionadas con el virus, lo que mantiene una tendencia ascendente en nuevas infecciones que comenzó a principios de septiembre.
Según datos oficiales, Bulgaria ha tenido la mayor tasa de mortalidad por COVID-19 de los 27 países de la Unión Europea en las últimas dos semanas, y el 94% de esas muertes fueron de personas no vacunadas.
Las autoridades sanitarias culpan al gobierno y a la desconfianza de la población en las vacunas –sólo uno de cada cuatro adultos está totalmente vacunado– de la actual propagación de la infección.
El gobierno también va a hacer obligatorio el certificado sanitario para el personal de hospitales y residencias de ancianos, y los estudiantes universitarios lo necesitarán para poder entrar en las clases presenciales.