Antes de morir, la artista dejó saber sus últimas voluntades entre las que se encuentran indicaciones sobre la simplicidad del ataúd y la urna que quería y su deseo de ser incinerada luego de la celebración de una misa en su honor. Una misa en la que no han querido perderse familiares, amigos como el bailarín Joaquín Cortés y autoridades entre las que se encontraban el ministro de cultura y la alcaldesa de Roma.
En el exterior de la iglesia romana de Santa María de Aracoeli, miles de fanáticos con flores, pancartas y otros objetos en su memoria esperaron hasta la llegada del féretro que fue aplaudido mientras era introducido al centro religioso. En el interior de la iglesia romana de Santa María de Aracoeli, se preparó un altar encabezado por una foto de la artista rodeada de ocho bebés y con coronas de flores a los lados.
Durante la misa, el sacerdote que ha oficiado la homilía destacó que este viernes era un día triste pero recordó la alegría que caracterizaba a la cantante. Visiblemente afectada Virginia Raggi, alcaldesa de Roma, también quiso dedicarle unas sentidas palabras a una de las ciudadanas más destacadas de la capital italiana.
Terminada la misa, los presentes en la iglesia aplaudieron con fuerza y a la salida se vivieron los momentos más emotivos cuando los fanáticos lanzaron cánticos y gritos con el nombre de Raffaella.
Para la semana próxima se espera la celebración de otra misa, esta vez privada, solo para familiares y los amigos más íntimos de la artista.
FUENTE: redacción de www.americateve.com