Sin embargo un portavoz del gobierno dijo que aceptará el contingente sólo si puede negociar el tamaño, atribuciones, armas y países integrantes.
El portavoz presidencial Ateny Wek Ateny dijo que "la puerta está abierta" para el contingente, pero se negó a especificar si Sudán del Sur había oficialmente abandonado sus objeciones a las fuerzas.
Además, destacó que no sería aceptable si participan efectivos de las vecinas Uganda, Sudán, Etiopia y Kenia.
Los combates en la capital, Yuba, el mes pasado despertaron temores de una nueva guerra civil. Hubo ataques contra civiles, miembros de ONGs y personal de la ONU.
El gobierno de Sudán del Sur no ha sido claro sobre cómo respondería si la nueva fuerza de protección entra al país sin ser invitada. El gobierno teme que darle a la fuerza internacional más control sobre la capital sería ceder soberanía, y ha calificado el envío de una fuerza extranjera no invitada como un regreso al colonialismo.