McConnell no dio indicios de dar marcha atrás a su posición firme de mantener la Corte como está al menos hasta enero, con lo que echó a pique la sugerencia de al menos un colega republicano, preocupado de que un nuevo demócrata en la Casa Blanca —Hillary Clinton es actualmente la favorita para ganar la nominación demócrata— podría nominar a alguien más liberal que el elegido por Obama: el juez Merrick Garland.
"No puedo imaginar que un Senado de mayoría republicana, incluso si pronto pasara a ser una minoría, querría confirmar un juez, que pudiera inclinar drásticamente a la corte hacia la izquierda", dijo McConnell en una de varias entrevistas a los programas noticiosos del domingo. "Eso no va a suceder", agregó.
En varias entrevistas televisivas, McConnell descartó que la cámara alta vaya a considerar a Garland tras las elecciones. El colega suyo que había hecho la propuesta es Jeff Flake, senador republicano por Arizona.
Garland, juez principal de la Corte de Apelaciones de Circuito del Distrito de Columbia, ganó votos republicanos para su cargo actual y es visto como un centrista cuya nominación al tribunal supremo de nueve miembros podría afectar a los oponentes de Obama, tras la muerte del juez Antonin Scalia, un conservador.
McConnell no se ha movido un ápice. Ha insistido, apenas unas horas después de la muerte de Scalia el mes pasado, que el Senado no confirmará al candidato de Obama en un año electoral, mucho menos celebrar audiencias. Incluso descartó reunirse con el candidato de Obama, una cortesía común.
Los demócratas están utilizando el asunto para criticar a aquellos republicanos vulnerables que buscan la reelección, con la esperanza de poder retomar el control del Senado después de las elecciones de noviembre.
FUENTE: Associated Press