Bobby Hernández, de 54 años, ha asumido su responsabilidad por el hecho, ha cumplido tiempo tras las rejas y debe de ser puesto en libertad, de acuerdo con un abogado defensor.
En abril, Hernández fue sentenciado a cuatro años en prisión. Su hijo adolescente dijo entonces que su padre le dio todo lo que necesitaba y que lo perdonaba.
El abogado Ralph DeFranco dice que Hernández reconoce haber mantenido a su hijo alejado de la madre, pero afirma que le dio una vida estable en la que su hijo prosperó. DeFranco agregó que Hernández es veterano de la Marina de Guerra que no tiene antecedentes penales significativos, quiere volver con su familia y está dispuesto a seguir bajo supervisión alternativa.