Azraq se convierte así en el primer campo de refugiados del mundo que funciona con energía solar, explicó la agencia el miércoles.
En los primeros dos años y medio tras su fundación en abril de 2014, los residentes tenían solo linternas solares. La electricidad llegó a Azraq en enero. Con la planta solar, ACNUR se ahorrará 1,5 millones de dólares anuales en costos de electricidad.
Ahora, los refugiados podrán iluminar sus casas prefabricadas, enchufar una nevera y un televisor y cargar sus celulares.
La planta, que costó 9,7 millones de dólares (8,75 millones de euros), está financiada por la campaña Brighter Lives for Refugees, una fundación de Ikea, el minorista de muebles global.