No hubo choques en la marcha, que concluyó en horas de la tarde. Cuando se acercaba a su fin, un puñado de manifestantes permaneció en la Plaza de la Bastilla, rodeados por policías.
Las medidas de seguridad eran estrictas y la policía dijo que arrestó de manera preventiva a 85 personas, en su mayoría por portar objetos que podían ser usados como proyectiles.
Los sindicatos habían convocado a la marcha para oponerse a la propuesta de reforma laboral que alargaría la jornada laboral y facilitaría los despidos. Protestas similares en meses recientes han degenerado en violencia entre policías y núcleos de radicales.
Las autoridades inicialmente habían amenazado con prohibir la marcha, pero finalmente el gobierno la autorizó en una zona restringida. El ministro del Interior Bernard Cazeneuve había advertido: "no toleraremos violencia alguna".
Los manifestantes marcharon bajo un sol abrasador por la ruta permitida de 1,6 kilómetros, coreando lemas como "Ni reforma ni negociación: queremos derogación de la ley".
Los sindicatos estimaron que unas 60.000 personas participaron en la marcha, mientras la policía dijo que sumaron unas 20.000.
Las autoridades habían ordenado sacar de las calles diversos muebles urbanos y otros objetos a fin de evitar cualquier daño a las propiedades. Algunos buques anclados entre el río Sena y la Plaza de la Bastilla fueron llevados a otro lugar como precaución.
La policía había denunciado que algunos sindicalistas participaron y animaron a los autores de otros hechos de violencia en medio de las protestas anteriores, pero el líder del sindicato CGT, Philippe Martínez, insistió a la televisora BFM el jueves: "No somos cómplices de los alborotadores. Los condenamos con firmeza".
Hubo otras protestas en las principales ciudades de Francia para expresar descontento hacia la propuesta de reforma laboral, que está siendo debatida actualmente en el Senado.
FUENTE: Associated Press