Duterte afirmó el lunes que algunas familias se han hundido más en la pobreza por tener demasiados hijos y reiteró su recomendación de que los filipinos tengan tres como mucho.
Duterte amenazó en broma con cortar el pene de los hombres que se resistieran y aludió al programa de planificación familiar que introdujo durante su largo mandato como alcalde en la ciudad de Davao, donde ofreció recompensas en efectivo a los vecinos que se presentaban voluntarios para cirugías gratuitas de vasectomía o ligadura de trompas.
Muchos políticos han intentado evitar los choques con los influyentes obispos católicos en Filipinas adoptando una posición poco definida o fomentando de forma poco agresiva el uso de anticonceptivos.