Pero estos son tiempos extraños en Brasil, en medio de un juicio político contra la presidenta y de la indignación extendida por la corrupción y el colapso económico. Los principales políticos han preferido mantenerse alejados de las sedes olímpicas y guardar silencio sobre el tema en las redes sociales.
La ceremonia inaugural del 5 de agosto constituyó la última vez que un político brasileño de alto rango apareció en algún acto relacionado con los Juegos. Y el resultado no fue positivo.
El presidente interino Michel Temer fue recibido con sonoros abucheos en el estadio Maracaná, mientras declaraba inaugurados los Juegos Olímpicos.
Desde entonces, Temer ha felicitado a los medallistas brasileños en Twitter y ha visitado el centro de prensa. Pero por lo demás, ha permanecido a buen resguardo en Brasilia, la capital. Algunos asesores de Temer confirmaron que no asistirá a la ceremonia de clausura de Río 2016.
La presidenta suspendida Dilma Rousseff tampoco ha asomado las narices. Se le alejó temporalmente del cargo en mayo para enfrentar un juicio político por infringir las reglas fiscales en la administración del presupuesto público.
Rousseff insiste en su inocencia, y ha considerado que los intentos por destituirla equivalen a un "golpe de Estado".
El jueves próximo, apenas días después de que concluyan los Juegos, el Senado comenzaría a debatir durante días, antes de decidir con su voto si Rousseff es destituida en forma permanente. La primera mujer en llegar a la presidencia de Brasil fue invitada a la ceremonia inaugural pero prefirió no asistir "en una posición secundaria" como la que tiene ahora, según dijo.
Alexandre Barros, consultor político en Brasilia, dijo que la turbulencia actual ha paralizado a Temer y a Rousseff, del mismo modo en que ha frenado al país durante el último año.
"Tenemos una presidenta suspendida, un presidente interino y un ex presidente con un futuro incierto", dijo Rousseff, en referencia al ex mandatario Luiz Inacio Lula da Silva. "Nadie sabe quién está a cargo".
Lula encabezó en 2009 la candidatura que ha traído los Juegos Olímpicos a Río, pero su popularidad se desplomó tras mencionársele en una investigación sobre una cadena de sobornos en la petrolera estatal Petrobras. Ahora enfrenta un juicio por obstrucción de la justicia. El responsable por lograr la sede olímpica en Río no se ha presentado en acto alguno de los Juegos.
Tanto Rousseff como Temer han estado también en el epicentro de la investigación colosal que ha derivado en el encarcelamiento de decenas de políticos y empresarios. Buena parte de los actos de corrupción que se denuncian en Petrobras habrían ocurrido durante los 13 años en que gobernó el Partido de los Trabajadores, al que pertenece Rousseff.
Aunque nadie ha implicado directamente a Rousseff, muchos señalan que debió tomar más medidas para evitar los actos indebidos.
Temer es señalado por testigos, quienes afirman que participó en los sobornos. Algunos de esos testigos han llegado a acuerdos con la fiscalía para declararse culpable.
Pero el mandatario interino no ha sido acusado.
___
Mauricio Savarese está en Twitter como: http://twitter.com/MSavarese
Peter Prengaman está en Twitter como: http://twitter.com/peterprengaman
FUENTE: Associated Press