Habrá quienes digan que episodios como este han tenido lugar siempre en Cuba, sólo que antes no se filmaban, ni se difundían, ni se tenía noticia de ellos; que quedaban circunscritos a la dinámica doméstica de las escuelas, sin más trascendencia que el alumnado y parte de los padres del centro o de quienes se enteraran.
Habrá, por otra parte, quienes asuman y afirmen que esta escena es una evidencia de la actual degradación de valores de la sociedad cubana.
En todo caso, tanto unos como otros, coincidirán en que son imágenes intolerables en una sociedad que divulga y se asienta en los elevados valores de sus niños, de su juventud, y en los altos niveles de educación y formación de la sociedad cubana.