El informe de Ban Ki-moon al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en torno a la región del África central indica que la misión de paz de la ONU en la República Centroafricana documentó incidentes que involucran a 915 víctimas, incluidas 53 mujeres, 48 niños y 30 niñas.
El texto sobre las actividades de la oficina regional de la ONU desde el 15 de noviembre no proporcionó detalles sobre el número de asesinatos ni los casos de violencia de tipo sexual o de género, tratamiento cruel y arrestos arbitrarios y detenciones.
Pero dijo, sin dar detalles, que "se documentaron 18 incidentes de violaciones a los derechos humanos y abusos relacionados con acusaciones de brujería que afectan principalmente a mujeres y niños".
La República Centroafricana se vio sacudida por la violencia después de que rebeldes integrados en su mayor parte por musulmanes de la coalición Seleka derrocaron al presidente en 2013. Violaciones generalizadas a los derechos humanos cometidas por los de Seleka derivaron en la formación de las milicias cristianas anti-Balaka, lo que generó un conflicto sectario en el que cientos de miles de civiles musulmanes se vieron obligados a huir hacia el norte o hacia países vecinos.