El estrés es una reacción fisiológica normal del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante. No es extraño que fin de año sea una época particularmente repleta de nervios, ansiedad y estrés. Los balances, las reuniones familiares y el cansancio propio de las actividades que cierran el año, como exámenes y cierre de proyectos, ponen el cuerpo y la mente a prueba en el último tramo del año.
Para combatirlo no hay una cura imbatible o única, pero existen varios métodos efectivos y relajantes para liberar tensiones y sobrevivir sin sobresaltos las situaciones conflictivas. Desde escuchar música, meditar o hasta dormir una siesta, cada uno maneja el estrés como puede. Sin embargo, un manera efectiva, rápida y poco conocida de controlarlo es a través de la alimentación. Como cada componente que se suma a la dieta puede aumentar o disminuir, en mayor o menor medida, el desarrollo del estrés, es bueno conocer algunos ejemplos:
Una de las curiosidades de la relación del estrés con los alimentos es que se pudo demostrar en un estudio japonés que el acto de masticar, sobre todo cosas crujientes, es relajante y ayuda a liberar tensiones. En este sentido, una buena opción es elegir alimentos que brinden un gran aporte nutricional y una agradable sensación de crocancia, como las zanahorias frescas o un snack de papas o batatas al horno.
Nueces, almendras y pistachos
La hormona cortisol y la adrenalina, aquellas que, liberadas en exceso producen un estado generalizado de estrés, son las encargadas de avisarle al cuerpo que está viviendo una situación estresante que debe atravesar. Para lograrlo, estas hormonas bajan el ritmo de algunas funciones básicas del cuerpo, entre ellas, el sistema inmunológico. Niveles altos de cortisol en sangre provocan así una serie de cambios en unas células sanguíneas conocidas como leucocitos y las proteínas citoquinas, fundamentales en el inicio de la respuesta inmunológica.
Por este motivo, para evitar que el estrés termine afectando la salud, es importante consumir alimentos como las almendras, pistachos y nueces, que son ricas en vitamina E, de propiedades antioxidantes y especialmente beneficiosas para el sistema inmune. Además, estos frutos secos también son buenas fuentes de vitaminas B, que ayudan en el control del estrés. Sin embargo, al ser ricas en grasas buenas, deben ser consumidas con moderación: un puñado por día, aproximadamente 30 gramos.
FUENTE: infobae.com