Resulta hasta de risa, que en pleno 2016, con el desarrollo alcanzado por la informática, una persona se presente en el aeropuerto de Miami, para viajar al extranjero, y que por un "cuño borroso" en su pasaporte, que no define con claridad, la fecha en que salió de Cuba, este no pueda viajar.
Pero que podemos esperar, si las agencias de viaje de Cuba, y la Embajada de Cuba en Washington, procesan los documentos a través de un obsoleto programa llamado "Tramipro" que no es el más moderno, tiene miles de "bugs", pero "es el que está autorizado", como una vez le explicaron a este redactor.
En fin, que el familiar de Alex Otaola no pudo viajar a Cuba, porque el funcionario que le atendió en el Aeropuerto de Miami, no pudo obtener en 4 horas una respuesta acerca de la fecha de salida de Cuba.
Mención aparte para el rostro del funcionario y su actitud. Típico rostro de burócrata. Respuesta breve y firme. "Cubaneo" en el trato. Y luego, claro, ¡da la espalda!