El gobierno de la región de Oromia confirmó el fallecimiento de 52 individuos.
"Casi pierdo la vida hoy en ese lugar", dijo un agitado manifestante que sólo se identificó como Elias. Cubierto de lodo y sin zapatos, indicó que tuvieron que sacarlo arrastrando de una zanja profunda en la que mucha gente cayó cuando intentaba escapar del lugar.
Las primeras personas que cayeron en la zanja murieron asfixiadas, apuntó.
"Muchas personas lograron salir con vida, pero estoy seguro que muchas más quedaron ahí", agregó. "Es realmente impactante".
La estampida ocurrió en Oromia, una de las regiones políticamente más delicadas en este país del este de África. Oromia ha sido durante meses escenario de manifestaciones, a veces mortales, en las que los inconformes exigen mayores libertades.
Unas 2 millones de personas asistían a la festividad anual de acción de gracias de Irrecha, en el poblado de Bishoftu, al sureste de Adís Abeba, la capital, cuando la gente comenzó a corear lemas contra el gobierno, según testigos.
La multitud que gritaba avanzó hacia un escenario en el que dirigentes religiosos hacían uso de la palabra, dijeron testigos, y algunos manifestantes comenzaron a lanzar piedras y botellas de plástico.
La gente intentó huir cuando la policía disparó gas lacrimógeno y balas de goma. Algunas personas fueron aplastadas en unas zanjas cercanas, de acuerdo con los testigos.
En un principio el gobierno etíope reconoció que hubo muertos, pero no señaló cuántas personas habían fallecido o resultado heridas. Mediante un portavoz, el gobierno responsabilizó de lo ocurrido a "personas que se habían propuesto causar problemas".
Muchas personas fueron hospitalizadas, indicó la oficina del portavoz.
Mulatu Gemechu, del Congreso Federalista de Oromo, dijo a The Associated Press que sus fuentes en hospitales le mencionaron el domingo en la noche que al menos 52 personas habían muerto, y dijo creer que esa cifra podría aumentar.
Los manifestantes protestaban pacíficamente y no portaban nada que pudiera lastimar a los policías, señaló Gemechu.
Antes de la estampida, un periodista de la AP vio a una multitud que alzaba los brazos con las muñecas cruzadas, un gesto común en las protestas contra el gobierno. También vio a la policía arrojar gas y luego a gente herida.
El gesto de las muñecas cruzadas se ha utilizado como señal de resistencia pacífica y simboliza las manos esposadas. Fue visto en las Olimpíadas de Río de Janeiro, cuando el maratonista etíope Feyisa Lilesa, de Oromia, cruzó las muñecas al llegar a la meta en segundo lugar. No ha regresado al país, ya que dice que su vida podría correr peligro.
El gobierno de Etiopía, estrecho aliado de Occidente en asuntos de seguridad, afronta acusaciones de silenciar a menudo a la disidencia y de interrumpir en ocasiones el acceso a internet.
FUENTE: Associated Press