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La bancarrota amenaza a miles de agricultores en Bolivia

SANTA CRUZ, Bolivia (AP) — A pesar de la sequía la cosecha de soja ha sido generosa para Gualberto Zurita, pero los precios cayeron al nivel más bajo en siete años y está desesperado. David Chaira perdió 40 hectáreas de arroz por el mal clima y las plagas y sus acreedores pretenden rematarle el tractor que compró con 25 años de ahorros.

Como ellos más de 12.000 pequeños agricultores bolivianos que venían golpeados por los efectos de El Niño están ahora al borde la quiebra por los bajos precios de la soja y la crisis del agro amenaza con frenar los avances del gobierno de Evo Morales en seguridad alimentaria, según agricultores y expertos.

Ante el declive de la minería y el estancamiento de los precios de los hidrocarburos, estas fértiles tierras del sudeste del país se convirtieron en el motor económico de Bolivia y en ella forjaron su "sueño americano" miles de indígenas de tierras altas andinas que migraron al oriente escapando de la pobreza, como Zurita y Chaira.

Pero de 600 dólares la tonelada de soja hace tres años el preció cayó a 370 en el mercado internacional y los comerciantes locales pagan 230 dólares, cuando el costo de producción de un pequeño agricultor es de 270 dólares. "Estamos regalando la producción al precio que fija el intermediario, no podemos almacenar porque carecemos de silos", se lamentó Reynaldo Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Soja y Trigo.

La mayoría de estos agricultores empeña la cosecha antes de iniciar la siembra a proveedores de agroquímicos y fertilizantes, que ahora reclaman su paga.

El gobierno no fija precios sino el mercado, respondió la ministra de Desarrollo Productivo Verónica Ramos al pedido de los agricultores de obtener un "precio justo".

"Si el agricultor no obtiene beneficio dejará de sembrar y la frontera agrícola de dos millones de hectáreas puede retroceder", advirtió Gary Rodríguez del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, una organización privada que apoya a los productores.

"No tengo dinero para otra siembra, prefiero dejar que la tierra descanse", dijo Chaira parado en su sembradío de arroz que se va secando sin germinar. Para los arroceros la situación es más crítica porque dependen de la lluvia y carecen de riego, según la agrónoma Salomé Tupa.

Al clima y los precios bajos se ha sumado el contrabando de alimentos más baratos desde Argentina y Brasil. Además el gobierno sólo autoriza exportar si hay excedentes.

En su informe de esta semana el Banco Mundial elevó el pronóstico para el precio del petróleo pero redujo las proyecciones para los precios agrícolas.

El desplome de precios también afecta a medianos y grandes productores. "Si al productor le va mal, al país le va mal y el riesgo es que incremente la importación de alimentos", dijo Julio Roda, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente. Bolivia todavía no se autoabastece de trigo.

Un 70% de los alimentos que consumen los bolivianos se produce en estas tierras, el resto en pequeñas parcelas de la zona alto andina donde la agricultura es tradicional.

Las exportaciones agrícolas ocuparon el tercer lugar después del gas y los minerales con 1.850 millones de dólares en 2015, un 20% menos que en 2014. Representan 3% del PIB y generan más de 50.000 empleos.

En medio de la desazón los productores han vuelto a plantear el uso de semillas transgénicas, un tabú para el gobierno de Morales y cuyo uso sólo está permitido en una variedad de soja.

Eso nos permitiría "bajar costos y mejorar la productividad", dijo Díaz. "No entendemos al gobierno, nos prohíbe a nosotros pero ingresa maíz transgénico de países vecinos", se quejó.

Defensor de la Madre Tierra y duro crítico del manejo ambiental de las potencias, Morales prohibió la ampliación de transgénicos. Sin la ayuda de la biotecnología la agricultura boliviana se ha rezagado, argumentó Roda.

Para atacar plagas más resistentes los agricultores emplean cada vez más agroquímicos, lo que daña la salud y el medioambiente, mientras hasta ahora no se han probado efectos nocivos con el uso de semillas mejoradas genéticamente, explicó la biotecnóloga Cecilia González.

"Estamos apostando a desarrollar variedades de semillas propias adaptadas a nuestros suelos antes que los transgénicos", respondió el ministro de Desarrollo Rural César Cocarico.

FUENTE: Associated Press

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