Al no haber una oposición real, el voto es prácticamente una oportunidad para renovar el mandato del presidente Nursultan Nazarbayev, quien dirige el partido Nur Otan.
La concurrencia a las urnas parecía nutrida desde tempranas horas del día en el vasto país de 17 millones de habitantes, y en la capital hacía un placentero clima primaveral.
Astana, en promedio la segunda capital más fría del mundo, sufrió una serie de tormentas invernales antes de los comicios.
Las elecciones ocurren en medio de dificultades económicas debido a la caída de los precios del petróleo, su principal producto de exportación. El gobierno anunció en febrero que el crecimiento económico este año se reducirá a 0,5%, una enorme caída con respecto al frenético crecimiento de los últimos 15 años.. La inflación está bajando y está en un 15%, y la divisa ha perdido un 30% de su valor desde el año pasado.