Un comunicado de la Secretaría de Gobernación informó que los investigadores registraron un rancho en el poblado veracruzano de Tlalixcoyan y hallaron evidencia de que había sido utilizado para el manejo de drogas, para almacenar petróleo robado y para realizar otras actividades ilegales.
Perros rastreadores guiaron a los investigadores a varias partes del rancho donde los investigadores recopilaron los restos humanos y manchas de sangre. La comparación con los perfiles genéticos proporcionados por los miembros de las familias confirmaron las identidades de dos de los jóvenes que desaparecieron el 11 de enero en Tierra Blanca.
Varios presuntos miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación y policías locales fueron detenidos previamente en relación con las desapariciones.