Los disturbios estallaron el domingo por la noche luego que la ambulancia se tardó demasiado en llegar al lugar. Los residentes del campamento afirman que policías se negaron a trasladar a la mujer siria curda de 35 años y a su hijo de 10 a un hospital en su vehículo patrulla.
Los migrantes bloquearon el camino afuera del campamento, arrojaron rocas a los policías e incendiaron dos autos patrulla. Los agentes respondieron con gas lacrimógeno y granadas aturdidoras.
Los migrantes además prendieron fuego a contenedores de basura a manera de defensa contra el gas lacrimógeno. La calma regresó al campamento, en que viven hacinados cerca de 1.300 personas.