El estadio que será escenario de la final del domingo fue el primer objetivo de los ataques del 13 de noviembre que dejaron 130 muertos. Tres atacantes suicidas hicieron estallar explosivos en las afueras del Stade de France, matando a un transeúnte, cuando Francia disputaba un amistoso contra Alemania.
En la antesala de la final en el mismo estadio, el simbolismo es latente en la selección francesa, ávida de lucirse para darle una dosis de alegría a un país aún en luto por sus muertos.
"Hemos pasado por momentos muy duros en relación a esta tragedia", dijo el arquero y capitán Hugo Lloris al comparecer el sábado en la rueda de prensa previa al partido.
"El hecho que hemos podido responder en la cancha nos hace sentir más orgullosos. Vibramos con a todo el público francés alentándonos, sentir la alegría que jugadores e hinchas comparten hace que el vínculo sea más fuerte".
Tras un inicio de torneo titubeante, Francia ha ido ganando en confianza. Goleó 5-2 a Islandia en los cuartos de final y doblegó 2-0 a la campeona mundial Alemania en las semifinales. El fervor nacional, tímido al inicio, ha subido a medida que Les Bleus han ido avanzando.
Se percibe un genuino convencimiento — entre hinchas y jugadores — de que Francia puede conquistar su primer título desde la Euro 2000 y el cuarto de su historia.
Y no podría ocurrir en un momento más oportuno.
"Los franceses necesitaban de un alivio, con este torneo", señaló Lloris. "Y el deporte tiene esa capacidad de unir a la gente. Lo podemos palpar claramente, porque los estamos experimentando en conjunto".
FUENTE: Associated Press