El museo fue destrozado y algunas de sus piezas y estatuas más distintivas fueron hechas añicos por los extremistas durante los 10 meses que controlaron el pueblo, antes de ser expulsados el mes pasado.
Bartosz Markowski, del Centro Arqueológico de Polonia en la Universidad de Varsovia, le dijo sábado a The Associated Press en Damasco que la mayoría de los 200 objetos que se exhibían en la planta baja fueron destruidos, casi todos con herramientas rígidas.
Él y sus colegas pasaron una semana recolectando fragmentos de esculturas y preparándolos para ser enviados a Damasco para su conservación. Agregó que muchas piezas fueron robadas.