El comisionado de la policía regional, Miquel Esquius, declaró a los periodistas que a pesar de que las investigaciones continúan, la policía cree que el conductor pudo haber dormitado o distraerse con un teléfono móvil o hablar con alguien.
Afirmó que muchos de los 60 estudiantes de intercambio que iban en el autobús, incluidos los 13 que murieron, no llevaban puestos los cinturones de seguridad al momento del accidente, en la madrugada, al sur de Barcelona.
Siete de los fallecidos eran italianos. Los otros seis eran dos alemanes, un austriaco, una mujer francesa, un rumano y un uzbeko.
El conductor es el único de las 19 personas que siguen siendo atendidas en los hospitales locales que se dice está en estado grave. Aún tiene que dar testimonio en torno al accidente. Las autoridades dicen que es investigado por posible homicidio por negligencia.
Los estudiantes regresaban de las Fallas, un festival conocido por sus espectáculos pirotécnicos en Valencia, ciudad costera del este de España. Estudiaban en Barcelona como parte de un programa de intercambio estudiantil de la Unión Europea llamado Erasmus.