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El presidente chino concentra cada vez más poder

BEIJING (AP) — El presidente Xi Jinping se consolidó como uno de los líderes más fuertes que ha tenido China en décadas al asumir un control más directo sobre el centro de operaciones conjuntas de las fuerzas armadas, en una muestra de su enorme autoridad personal y de la determinación del país a defender sus intereses.

Su nombramiento como jefe del Centro de Mando de Operaciones Conjuntas, dado a conocer por la prensa, se produce en momentos en que Beijing defiende con vehemencia sus reclamos territoriales.

Xi ya desempeñaba un papel prominente en las fuerzas armadas, en buena medida por la popularidad de su firme política exterior entre los nacionalistas chinos y los círculos militares.

Particularmente popular es su política hacia el Mar del Sur de China, que China reclama casi en su totalidad y donde ha construido pistas de aterrizaje en viejos arrecifes de corales y buscado limitar la capacidad de la Armada estadounidense de operar en el área.

Xi no piensa modificar esa política, aunque hay quienes le achacan que ha generado tensiones con los vecinos de China en el sudeste asiático y ha hecho que Estados Unidos dedique más recursos a Asia y refuerce su cooperación con aliados tradicionales e incluso con Vietnam.

El mandatario visitó el miércoles Centro de Mando de Operaciones Conjuntas, localizado supuestamente bajo tierra en las afueras de Beijing, y dijo en la ocasión que los militares tenían que estar preparados para cualquier conflicto y para responder "a todo tipo de emergencias", según informó la prensa el jueves.

Se mostró por primera vez en público con uniforme de combate de camuflaje y con la insignia del centro de mando en lugar del uniforme verde que luce generalmente cuando hace alguna intervención como jefe de la comisión del Partido Comunista que supervisa el Ejército de Liberación del Pueblo, una fuerza de 2,3 millones de personas que es la más numerosa del mundo.

El nombramiento de Xi "indica que no solo controla a los militares sino que lo hace de una forma absoluta, y que en tiempos de guerra, estaría dispuesto a ejercer el mando personalmente", dijo Ni Lexiong, experto en asuntos militares de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de Shanghai.

"El mensaje más importante que se quiere transmitir al mundo es que no hará concesiones territoriales incluso si esto implica ir a la guerra", agregó.

El comando de operaciones conjuntas está bajo la supervisión directa de la Comisión Militar Central, cuyos dos subjefes, los generales Fan Changlong y Xu Qiliang, acompañaron a Xi en su visita.

El nuevo título y el uniforme de Xi podrían constituir asimismo una advertencia a los principales rivales de China --Estados Unidos, Japón, las Filipinas y Taiwán-- en el sentido de que China está dispuesta a recurrir a la fuerza de ser necesario.

"El uniforme de combate es un indicio no solo de que está a cargo de los militares, sino también de que China está dispuesta a ir al combate en medio de una situación externa tensa. Es como decirle a los contrincantes que está listo para la pelea".

Tan solo tres años después de asumir la presidencia, se cree que Xi ha acumulado más poder y autoridad que ningún otro líder desde Deng Xiaoping a fines de la década de 1980. También está tomando forma un culto a la personalidad comparable al del fundador del estado comunista, Mao Zedong, con lemas, dichos y puntos de vista que la prensa repite constantemente.

La estatura de Xi en las fuerzas armadas se ve reforzada por la reputación de su finado padre, quien fue un comandante de la revolución, y por su gestión como asistente de un exministro de defensa.

Xi también es líder del PC y presidente de un recién creado Consejo de Seguridad Nacional, que le da mayor control sobre los servicios de seguridad internos.

Como líder del aparato militar, Xi supervisa la reorganización de una estructura de comando del ejército popular que busca integrar mejor los diferentes servicios. Ha ordenado una reducción de 300.000 efectivos militares y la eliminación de varias unidades obsoletas. También se pondrá menos énfasis en las fuerzas de tierra y más en la armada, la fuerza aérea y los misiles.

Xi ha resaltado la importancia del ejército popular con frecuentes, y publicitadas, visitas a bases militares y con un enorme desfile en septiembre pasado.

Su reputación, no obstante, fue puesta en duda por cartas anónimas, supuestamente de miembros del PC, en las que se pide su renuncia. Y la prensa internacional ha revelado que miembros de su familia han hecho grandes fortunas en medio de su feroz campaña contra la corrupción en el partido, las fuerzas armadas y el aparato industrial estatal.

El nuevo título de Xi "tiene más peso político que militar" y no implica que se desentenderá del manejo del ejército popular, opinó Andrei Chang, editor de la revista Kanwa Asian Defense y experto en asuntos militares chinos, basado en Hong Kong.

"A lo largo de la historia china, el poder político se ha basado en el control de las fuerzas armadas", indicó Chang. "Esta visita muestra su fuerza a los potenciales enemigos e indica que es un tipo duro y que está en control".

FUENTE: Associated Press

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